Botero sufría Parkinson desde hacía 10 años, y tenía que pintar parado
El artista falleció este viernes en un hospital de Mónaco. Su hija habló de los últimos días de uno de los artistas más importantes del siglo XX. Recorrido por la vida familiar del fallecido maestro.
09/15/2023. Reporte especial de elespectador.com
El artista colombiano Fernando Botero falleció este viernes a los 91 años. El maestro, quien nació en Medellín el 19 de abril de 1932, logró superar siete décadas de trabajo ininterrumpido. Pinturas, esculturas y dibujos hacen parte del legado de uno de los artistas latinoamericanos más influyentes del siglo XX.
Actualmente su creaciones cuentan con exhibiciones permanentes en museos de Colombia y el mundo como el Museo de Antioquia y Plaza Botero de Medellín; el Museo Nacional de Colombia y el Museo de Arte Moderno (MamBo), en Bogotá. Además de El MoMa de Nueva York que cuenta con varias obras del colombiano, entre ellas “La familia presidencial”, finalizada en 1967.
Botero murió después de sufrir una pulmonía que tuvo que ser atendida en un hospital de Mónaco, donde vivía desde hace algunas décadas. En entrevista para la FM, Lina Botero, hija del fallecido artista, señaló que el pintor estuvo muy delicado los últimos seis días de su vida “porque había desarrollado una pulmonía de la cual era muy difícil salir adelante. A sus 91 años su salud estaba delicada. Murió en paz. A los pocos meses de la muerte de su esposa y compañera Sophia Vari. Confío que está con ella y lo está abrazando donde quiera que estén”.
Según la hija del artista, en sus últimos días pintaba sentado “porque desde hace más de un año no podía trabajar de pie (…) en los últimos meses solo trabajaba con la técnica de acuarela (…) Todo lo que mi papá quería hacer, lo hizo en vida, no dejó nada pendiente,él decía que quería morir con el pincel en la mano y así fue”.
Puedes leer: Muere el pintor colombiano Fernando Botero – (dehablahispana.com)
“Mi papá desde hace 10 años padecía de Parkinson, pero no era el Parkinson que lo hacía temblar, sino que era uno rígido. Tenía dificultad para moverse y comunicarse, pero no temblaba. Decía que era una suerte no tener el Parkinson que lo hacía temblar, porque podía seguir trabajando. Por lo tanto él pudo seguir hasta faltando tres días de su muerte trabajando con acuarelas. Estaba trabajando en una serie extraordinaria que próximamente verá la luz”, explicó en la charla con la cadena radial.
Desde el último taller en el que trabajó Botero, su hija le contó a la FM que fue ella quien le terminó sirviendo de ayudante. La única que tuvo en su vida. Pues el placer de lavar el pincel era uno que no estuvo dispuesto a compartir.
“Muchas veces lo acompañé a trabajar aquí en el último año. Él entraba en silencio. Yo le preparaba agua para sus acuarelas, tenía dos tacitas con agua una más sucia que la otra. Un té helado y se sentaba cuatro o cinco horas a trabajar y yo me ponía a trabajar en el inventario, que fue lo que se hizo en los últimos años”.
Su esposa, la también artista Sophia Vari, falleció el 5 de mayo pasado. El pintor también estuvo casado con Cecilia Zambrano y Gloria Zea, esta última reconocida gestora cultural y coleccionista de arte, con quien tuvo tres hijos.
Reporte especial de elespectador.com