Huelga automotriz en EEUU: aumento salarial de 40%, estabilidad laboral y reducción de la jornada laboral
El sector automotor estadounidense, un pilar fundamental de la economía de Estados Unidos, enfrenta un periodo de incertidumbre y turbulencia debido a una huelga histórica que comenzó el viernes 15 de septiembre, liderada por los empleados de los tres principales fabricantes del país.
09/19/2023. El pedido del sindicato de trabajadores de la industria automotriz de Estados Unidos –UAW, por United Auto Workers– incluye un aumento salarial de 40% (escalonado en 4 años, que sería la duración del acuerdo), estabilidad laboral y la reducción de la jornada laboral a 32 horas semanales (desde las actuales 40). También demandan la equiparación de beneficios entre los contratados antes y después de 2009, ya que estos últimos están mucho más “precarizados” en términos cobertura de salud o acceso a fondos de pensión.
Este conflicto laboral ha generado preocupaciones sobre su impacto en la economía nacional, ya que el sector automotor es un contribuyente clave al producto interno bruto (PIB) y al empleo en los Estados Unidos.
Una industria vital para la economía
El sector automotor estadounidense es una fuerza económica significativa. Según datos de la Alianza para la Innovación Automotriz, esta industria genera anualmente cerca de un billón de dólares para la economía de Estados Unidos, lo que representa casi el 5% del PIB. Además, el sector proporciona empleo directo a más de 9,67 millones de personas a finales de 2022.
Durante el mismo año, se vendieron 13,5 millones de vehículos nuevos en el país, y el sector exportó bienes por valor de $96.600 millones, mientras que las importaciones totalizaron $282.000 millones, aportando $126.200 millones a las arcas federales. Estas cifras ilustran la importancia crítica del sector en el equilibrio comercial y los ingresos gubernamentales.
El auge de los vehículos eléctricos
La industria automotriz ha estado experimentando una transformación significativa hacia la electrificación, con un crecimiento marcado de los vehículos eléctricos (EV). Tesla, en particular, ha liderado esta tendencia al producir 1,36 millones de vehículos eléctricos en 2022, un aumento del 47%. Esto se tradujo en una facturación de $81.500 millones, un aumento del 51%, y un beneficio neto que se duplicó con creces, llegando a $12.600 millones.
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Estos avances reflejan una mayor demanda por vehículos eléctricos, respaldada por incentivos gubernamentales y la creciente conciencia ambiental entre los consumidores. A pesar de los precios iniciales más altos en comparación con los vehículos de combustión, los EV están ganando terreno, con precios que tienden a la baja a medida que la tecnología avanza y la competencia se intensifica.
Desafíos económicos y laborales
El precio medio de un vehículo nuevo en julio de 2023 alcanzó los $48.334, un aumento del 2,7% desde principios de año. Sin embargo, los vehículos eléctricos experimentaron una tendencia a la baja, llegando a un promedio de $53.469 en julio, en comparación con los $61.000 en enero. Esto indica que, a medida que aumenta la oferta y se establecen economías de escala en la producción de EV, los precios están comenzando a ser más asequibles para los consumidores.
Además, las inversiones en la transición hacia la electrificación ascendieron a $109.100 millones entre 2018 y 2023, según el Centro de Investigación Automotriz (CAR). Estas inversiones son un testimonio del compromiso de la industria en abrazar el cambio hacia tecnologías más sostenibles.
Sin embargo, la huelga actual en el sector amenaza con desestabilizar esta progresión. Los tres principales fabricantes, General Motors, Ford y Stellantis, también conocidos como los «Tres Grandes», representan el 3% del PIB de Estados Unidos y operan el 60% de las plantas de montaje del país. Han anunciado inversiones significativas en los últimos seis años, pero la huelga plantea riesgos para la cadena de suministro y la salud financiera de los proveedores.
General Motors, por ejemplo, emplea a 92.000 personas en Estados Unidos y ha pagado $10.900 millones en salarios imponibles. Cuenta con 120 ubicaciones y más de 5.700 proveedores. Ford, por su parte, emplea a aproximadamente 177.000 personas, con un enfoque significativo en la producción nacional, especialmente la icónica camioneta F-150. Stellantis, una entidad internacional, también ha tenido un desempeño sólido en términos de ganancias netas.
La influencia de los fabricantes extranjeros
La industria automotriz estadounidense no se limita a los «Tres Grandes». Los fabricantes extranjeros, como BMW, Kia, Honda, Lexus, Mercedes, Nissan, Toyota y otros, han aumentado su presencia en el país. Según Autos Drive America, estos fabricantes produjeron 4,4 millones de vehículos en Estados Unidos en 2022, empleando directamente a 156.000 personas.
Su participación en la producción en Estados Unidos ha crecido significativamente, pasando del 1% en 1979 al 45% en 2022. Estas empresas también han invertido más de $100.000 millones en las últimas seis décadas, contribuyendo al crecimiento de la industria y la economía nacional.
Conclusiones
La huelga en el sector automotor de Estados Unidos es un recordatorio de la importancia económica y laboral de esta industria en el país. Su capacidad para adaptarse a los cambios, como la transición hacia los vehículos eléctricos, será crucial para su futuro. Mientras tanto, el país y la industria deben buscar soluciones para resolver las diferencias laborales y minimizar el impacto negativo en la economía en general. El destino del sector automotor y su papel en la economía estadounidense dependerá en gran medida de cómo se resuelvan los desafíos actuales y cómo se adapten a las cambiantes demandas y tendencias del mercado.
Redacción pública de dehablahispana.com sobre información de elfinancierocr.com