Petro-Maduro se reunen vestidos de blanco, pero con intereses oscuros
Gustavo Petro llegó este sábado a Venezuela para reunirse con Nicolás Maduro por quinta vez desde que accediera al poder hace 15 meses. Todas los encuentros mantenidos hasta ahora se han dado en suelo venezolano, incluso en una de las ocasiones en territorio fronterizo, pero jamás en Colombia. Otra visita histórica, como insistió el «hijo de Chávez», entre dos países que forman parte de la llamada Patria Grande.
11/18/2023. «Es muy probable que (la colombiana) Ecopetrol se vuelva socia de PDVSA (Petróleos de Venezuela) en la explotación de campos de gas y de petróleo en Venezuela», anunció Petro en sus declaraciones conjuntas con su aliado Maduro, dándole tanta importancia que incluso lo definió como el «principio de integración energética» entre ambos países. El mandatario neogranadino lo llegó a comparar con los inicios del Mercado Común europeo.
Proyectos comunes ahora posibles gracias en parte a la flexibilización de las sanciones energéticas impuestas por Washington desde 2019. El gobierno de Petro busca con esta operación abaratar el precio de la gasolina, cuyas subidas conllevan críticas en la sociedad colombiana.
Petro también hizo especial énfasis en preparar iniciativas conjuntas para la sequía que se espera en los próximos meses, «quizá la peor de la Historia».
En los oídos de ambos mandatarios todavía resonaban los gritos en sus estadios durante la última eliminatoria futbolera (!Fuera, Petro!» y «¡Este gobierno va a caer!»), que acompañan las últimas encuestas, nada amigables con los dos amigos. El 80% de los venezolanos votaría por la líder opositora, María Corina Machado, mientras que por el «presidente pueblo» apenas se decanta el 15% de la población.
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A Petro, de momento, le va algo mejor: le aprueba un 29% de los consultados por Datexco, mientras el 64% rechaza su gestión.
La administración colombiana se ha tomado a pecho la «normalización» de la dictadura chavista. Tanto es así que incluso sus autoridades migratorias hacen suya la propaganda revolucionaria para culpar a EEUU de la inmensa diáspora venezolana, algo que también fue tratado por ambos mandatarios.
«Tenemos que llegar a un acuerdo de migración con EEUU», añadió Petro, recién llegado de San Francisco de la Cumbre de Líderes del Foro de Cooperación Económica Asía Pacífico. El mandatario colombiano sabe de primera mano las intenciones de Joe Biden con respecto a Venezuela y el peso de la crisis migratoria que vive EEUU.
«Hemos propuesto a EEUU un programa de humanización del éxodo para que (los emigrantes venezolanos) vuelvan a su terruño y construyan su país de una manera mejor. Y EEUU tiene que apoyarlo, ganaríamos todos, gana gana, ordenaría un éxodo desordenado que extirpa los derechos humanos», expresó el presidente colombiano evitando las líneas rojas impuestas por Maduro, que a duras penas ha reconocido que existe emigración en su país, pero que ya ha anunciado hace tiempo, «de forma oficial», que los emigrantes vuelven y no se van.
Petro evitó dar cifras porque también es un tema tabú y se conformó en señalar al «número de personas indeterminadas» que del sur van al norte por el Tapón del Darién. «La frontera entre Colombia y Panamá por la que tratan de llegar a un paraíso y encuentran campos de concentración, cárcel y devolución a la fuerza», arguyó Petro sin entrar en profundidades.
Las propias cifras colombianas desmienten a Maduro, que sólo reconoce la salida de dos millones de personas, de las que un millón ya habría regresado. En cambio, Bogotá sostiene que, sólo en Colombia, permanecen casi tres millones de venezolanos. En todo el mundo la diáspora venezolana ya ha sobrepasado la barrera de los ocho millones de huidos de la revolución.
Con información de elmundo.es