Tiene su círculo familiar cercado por investigaciones de corrupción. No ha mostrado ninguna obra importante de infraestructura, su gabinete ministerial es de altísima rotación y se fue antes de ser expulsado por el partido que lo llevo al poder.

Las balas de la corrupción le silban a centímetros, hasta que ya hay una acción concreta para pedir su vancancia. Son 87 votos del congreso que se necesitan, y si antes Castillo estaba blindado en el congreso, el panorama ha cambiado sustancialmente.

2 sobrinos, una cuñada-hija, y hasta la esposa son investigados por actos de corruptela y uso indebido del poder. Al menos 6 de quienes formaron parte de su círculo íntimo de confianza, son investigados por lo mismo y casi todos ahora se han convertido en colaboradores de la justicia donde parece que se destaparán actos de corrupción.

Pero la guinda es que la propia fiscalía peruana ha acusado formalmente al pdte. Castillo de delitos de organización criminal, tráfico de influencias y colusión. El desgaste de su gobierno es evidente. Los medios de comunicación no tienen noticias positivas que mostrar de la gestión de Castillo aunque quisieran.

El pdte., con una herida política mortal ha recurrido a sus mejores espadachines jurídicos para intentar anular la denuncia constitucional remitida por la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, ante el Congreso de la República. Sin embargo , la opinión pública no tiene piedad, y hasta a los sitios donde va, la peopia población lo ha sacado argumentando la gran corrupción de su gobierno.

Ya hoy, lo casi imposible que eran los 87 votos que se necesitan en el congreso no luce tan lejos. Su Geppetto político, Vladimir Cerrón con su partido Perú Libre, que lo llevo de ser un ilustre desconocido a ser la primera autoridad ejecutiva del Perú, lo saca del partido y le dice que no cuente incondicionalmente con su partido para evitar su posible vacancia presidencial.