Acosada por los retiros masivos de fondos, la segunda mayor plataforma de cripto global, FTX, se declaró en quiebra y su CEO y fundador, el californiano de 30 años Sam Bankman-Fried, presentó su renuncia luego de pedir disculpas. «Lo siento, yo debería haberlo hecho mejor», dijo por Twitter el empresario, que hasta la semana pasada era considerado casi un evangelista por los fanáticos de las criptomonedas.

La caída de FTX y la salida poco prolija de Sam Bankman-Fried tuvo aspectos escandalosos y castigó a la mayoría de los criptoactivos, como el bitcoin, que perdió más del 20% de su valor en la última semana.

Al cierre de esta edición cotizaba por debajo de los US$ 17.000, para preocupación de ahorristas e inversores. «El peor final para FTX. Triste y criminal», tuiteó ayer Pierpaolo Barbieri, el CEO de Ualá, una fintech que acaba de habilitar para sus clientes la posibilidad de operar con bitcoin y ethereum.

Con sede en Bahamas y creada en 2019, FTX afrontaba desde el lunes una crisis de liquidez hasta que finalmente colapsó en forma escandalosa. Se trata de un grupo con 130 firmas subsidiarias, como su cripto FTT y el fondo de inversión Alameda Research, ahora sospechado de operar en forma poco transparente.

En rigor, FTX se acogió al Capítulo 11 de la ley de quiebras de EE.UU. (un paraguas judicial) para ver cómo devuelve los fondos de alrededor de 1 millón de usuarios. El capítulo 11 permite a las empresas realizar un plan para reorganizarse y mantenerse en el negocio mientras trabaja para saldar deudas. Algo similar al concurso preventivo en la Argentina.

Antes del colapso y hasta la semana pasada, Sam Bankman-Fried llegó a tener una fortuna estimada en US$ 15.000 millones. FTX rivalizaba con Binance, la más grande del mundo, que tuvo un rol clave en la caída. En medio de la corrida, la compañía anunció su interés en comprarla y horas después lo descartó. Lo insólito es que la crisis se desató cuando el CEO de Binance, Changpeng Zhao, anunció la venta de todos sus FTT (por US$ 529 millones) ante una posible insolvencia de FTX.

En lugar de Bankman-Fried asumió John J Ray III como director ejecutivo. En un comunicado, Ray manifestó que «FTX Group tiene activos valiosos que solo pueden administrarse de manera efectiva en un proceso conjunto organizado». Todavía se desconoce los alcances de semejante caída pero se estima que las pérdidas son cuantiosas. No sólo de los ahorristas sino también de fondos poderosos como Softbank y Sequoia, entre otros.

FTX, según una información de The Wall Street Journal, prestó el dinero a su firma de inversiones, Alameda Research, que lo usó en agresivas operaciones y que ahora debe a la plataforma unos US$ 10.000 millones. “Quiero garantizar a cada empleado, cliente, acreedor, a cualquier parte contratante, a inversores, a las autoridades administrativas y otros que vamos a hacer un esfuerzo con diligencia, minucioso y transparente”, prometió Ray.

En medio del cimbronazo, BlockFi -una plataforma de préstamos criptográficos muy conocida en el mercado- anunció ayer que frenaba los retiros de fondos. “Estamos conmocionados y consternados por las noticias sobre FTX y Alameda”, dijo BlockFi por Twitter como justificación. La compañía señaló que hasta que haya «más claridad, estamos limitando la actividad de la plataforma». Incluido el «criptocorralito».