El diseñador Ricardo Pava enfrenta críticas por inspirarse en la tragedia del Darién para su nueva colección. El modista bogotano lanzó ‘Nuda Vida’ en el Bogotá Fashion Week con una paleta de colores inspirada en el barro, los ríos y la selva que cruzan cientos de miles de personas.

05/22/2025. El diseñador colombiano Ricardo Pava mostró ante un público su nueva colección ‘Nuda Vida’, y la reacción incluyó aplausos, pero también caras incómodas. Era el segundo de los tres días del Bogotá Fashion Week, un festival anual donde se presentan y hacen negocios empresarios de la moda, y la pasarela de Pava era el plato fuerte de la noche. Uno que además de moda tenía otro elemento: una denuncia, hecha horas antes, sobre la temática de la colección, inspirada en la tragedia que viven los cientos de miles de migrantes que cada año cuando cruzan la selva del Darién.
La denuncia la hizo primero el director del medio La Liga contra el Silencio, Alejandro Gómez Dugand, quien reveló que la paleta de colores se inspiraba en una ruta que va desde las selvas colombianas hasta Estados Unidos: el “azul Necocli” se inspira un río fronterizo del lado colombiano; el “verde Tropical” en la densa y peligrosa selva; “gris Asfalto” en las carreteras hacia Estados Unidos; “petróleo” en el concreto de las avenidas en Nueva York. Lo que hicieron Pava y su equipo, para Gómez, es un “desfile de explotación grotesca“.





Un quinto color, “terra”, se inspira en fotografía del colombiano, Federico Ríos, tomada en 2022. La foto se publicó ese mismo año en un reportaje de The New York Times. En esta se ve a varios niños y mujeres cubiertos en barro: se trata de la venezolana Olga Ramos y a su hija, Alessandra Ramos, cruzando la selva. Alessandra aparece en el centro de la foto, vestida de amarillo, intentando llevar a los pequeños a un mejor futuro.
Puedes leer: OpenAI desiste de ser una empresa con fines de lucro –
Cuando Ríos se enteró este miércoles que esa imagen había inspirado la paleta de colores, buscó al diseñador, pidiendo explicaciones sobre el uso de la foto que está protegida por derechos de autor. Cuenta que le respondió una jefe de mercadeo explicando que el equipo no la había hurtado, sino la había encontrado en la red social Pinterest, donde usualmente no se acreditan las fotografías. “Le aclaré que era mi foto, incluso si alguien se la robó antes y la puso en Pinterest, y que por eso usarla seguía siendo ilegal”, cuenta Ríos. Añade que la conversación fue cordial, y que el equipo de Pava accedió a borrar y también desmontó la página donde aparecía la paleta.
“Yo no quisiera que esto se quedara en la capa personal sobre mis derechos de autor”, aclara el fotógrafo. “Me preocupa el marco ético de lo que hicieron, que un equipo de trabajo creativo crea que está bien inspirarse en la miseria, el dolor y la angustia de quienes cruzan el Darién. El arte está llamado a hacernos reflexionar sobre lo que ocurre, pero de forma respetuosa, y ellos ni saben que Olga se llama Olga, ni que Alessandra se llama Alessandra. Se dejan llevar por la fascinación de una situación vulnerable, y no podemos convertir la miseria humana en un mercado. Yo no quiero una colección de moda inspirada en la migración como no quiero una inspirada en el genocidio del pueblo palestino. Los asuntos complejos, delicados, hay que tratarlos con altura y dignidad, no con superficialidad”.

Las críticas del día no detuvieron el show, que inició pasadas las diez de la noche. Se vieron abrigos y trajes masculinos con el tono “terra” o el verde de la selva, viseras con el gris cemento, tenis estilo converse «sucios», por el supuesto barro caminado. Varios textiles imitan el desgaste, como un traje color petróleo neoyorquino, de varias capas, que usa una modelo que también carga una tula, una larga bolsa de viaje que rara vez es asociada al glamour de la moda.
Al terminar la presentación, el diseñador no evitó al elefante en la sala. Dice a El PAÍS que empezó a trabajar la temática cuando su hija, por razones de seguridad, tuvo que salir de Colombia. “Ahí comienza uno a entender muchas situaciones, y como a sentir muy de cerca toda esta problemática”, cuenta, sin ahondar en los detalles. Añade que también se inspiró en el trabajo del pintor cubano Dagoberto Rodríguez, conocido por sus acuarelas representando campos de refugiados.
Al preguntarle si cree que la tragedia de los migrantes debería ser inspiración en la moda, Pava responde que otros diseñadores “se han inspirado en la guerra”. “Ahora mismo, en Europa, hay inspiración en la guerra de Ucrania y Rusia”, señala, y afirma que quienes lo critican están “desinformados”. “Todos los artistas se inspiran en problemáticas para poder mostrarla a través del arte de una manera respetuosa y no agresiva”, dice.
Efectivamente, Pava no es pionero en la moda inspirada en las tragedias que sufren poblaciones vulnerables. Tampoco es el primero en ser señalado por ello. El caso más sonado y reciente fue el de Balenciaga, marca criticada en 2022, cuando imitó la “moda de los pobres” y ofreció en venta una bolsa de basura de cuero a 1.400 euros. Pero los casos se cuentan por decenas desde hace años, como cuando en 2000 Dior se inspiró en los clochards o vagabundos del Sena. Eso sin contar otros debates, en los que los diseñadores de Colombia y América Latina han sido criticados por apropiarse de diseños de grupos indígenas que rara vez tienen acceso a plataformas como el Bogotá Fashion Week. En esa historia de la moda sobre la forma como los diseñadores representan a las poblaciones más vulnerables, y convierten en un producto tanto sus imágenes como sus tragedias, se abrió esta semana un capítulo nuevo llamado ‘Nuda Vida’.
Con información de elpais.com