El escenario global, convulsionado por recientes conflictos y tensiones, se encuentra, según el prominente analista geopolítico Alfredo Jalife, en un estado de «pausa estratégica». En una reciente intervención, Jalife desglosó la compleja fotografía de un mundo post-conflicto en Oriente Medio, advirtiendo que la guerra entre Irán e Israel «no ha terminado, solo están en pausa estratégica». Su análisis, que se extiende más allá de la región, revela una reorganización de los polos de poder global y profundas vulnerabilidades económicas, especialmente en Estados Unidos.

07/08/2025. Redacción de Albitrio Fabrepe a partir de entrevista de Jose Antonio Vizner en Business Connection
El experto destacó que, mientras Oriente Medio vive una tensa calma, otras regiones avanzan con mayor claridad: Rusia ha consolidado su posición en Ucrania, y China, junto con los países del sudeste asiático e India, muestra un avance notable. Este panorama se aleja de la noción de una victoria o derrota definitiva, sugiriendo más bien un «reposo del guerrero» donde las potencias se están «armando hasta los dientes».
La Inestable Calma en Oriente Medio y la Opción Samsón
La reciente escalada de 12 días en Oriente Medio, según Jalife, fue un episodio lleno de complejidades y desinformación por eso la pausa estratégica. A pesar de los intentos, Israel no logró sus objetivos de destruir el proyecto nuclear iraní. Irán, aunque sin bombas nucleares (necesitaría enriquecimiento al 90% y una fatua del Ayatollah para poseerlas, actualmente está al 60%), demostró capacidades militares significativas. Los misiles hipersónicos iraníes, como el Fataj y el Hiir, marcaron «diferencias» que incluso Estados Unidos no posee, dominando los cielos de Israel mientras los F-35 israelíes operaban sobre Irán. Esta «primera guerra global de la desinformación» también reveló la «verdadera bomba nuclear» de Irán: la capacidad de cerrar el Estrecho de Ormuz, aunque este paso no se dio para evitar una escalada total.
Un «cisne negro» en este conflicto fue la inesperada alianza entre Pakistán (sunita) e Irán (chiita). Pakistán, que posee alrededor de 190 bombas nucleares, respondió a las amenazas israelíes sobre la «opción Samsón» (el uso de armas nucleares si su existencia está en juego). La visita del jefe del Estado Mayor de Pakistán, Munir, a Donald Trump, no cubierta por los medios americanos, fue interpretada como una señal de que Pakistán se sumaría si la situación lo requiriera, y donde Munir incluso sugirió que Trump merecía el Premio Nobel de la Paz. Asimismo, China ha prometido entregar aviones JC-10 a Irán, y Rusia ha reafirmado su compromiso de suministrar a Irán lo que necesite, evidenciando el juego de los «grandes actores» en la región.
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El Declive Hegemónico y la Reconfiguración Tripolar
Más allá del Medio Oriente, el Dr. Jalife subraya una clara tendencia: el resto del mundo busca «acabar con el hegemón», Estados Unidos, aplicando una estrategia de «overstretch» o sobreextensión. La administración Trump, vista como un «Talleyrand» que busca «controlar los daños» de un país «derrotado» tras experiencias como la salida de Afganistán, enfrenta un panorama interno desafiante. La grave crisis económica de Estados Unidos, su inmensa deuda y los 2,000 billones de dólares en derivados financieros constituyen un «talón de Aquiles». Aunque el dólar ha caído un 11% en lo que va del año, sigue siendo una divisa de reserva, pero la «des-eurización» es más evidente que la «des-dolarización».
El analista se inclina por una «hipótesis del mundo tripolar»: Estados Unidos junto a Europa, Rusia, y China. China, por su parte, lleva ventaja en 57 de 64 tecnologías críticas de impacto, y Rusia es reconocida como la primera potencia militar mundial, superando a EE.UU. en misiles hipersónicos y cantidad de bombas nucleares. Mientras Rusia y China parecen esperar la implosión interna de Estados Unidos, los planes de Trump, con iniciativas como el «Big Beautiful Bill» para la expulsión migratoria, son interpretados como un proyecto «supremacista de los WASP» (White Anglo-Saxon Protestant). Finalmente, a pesar del control casi «omnipa» de los medios de comunicación y la propaganda por parte de EE.UU. e Israel, la narrativa se está perdiendo, especialmente por el impacto de la situación en Gaza, que ha «flagelado el alma de Occidente».
En definitiva, Alfredo Jalife pinta un cuadro de un mundo en plena metamorfosis, donde las viejas hegemonías se tambalean frente a nuevas configuraciones de poder, y donde la geopolítica, la economía y la información se entrelazan en una compleja danza de intereses.
Redacción Albitrio Fabrepe para DHH.
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