Guerra de aranceles: Trump golpea con un 50% a Brasil y Lula promete reciprocidad económica

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Donald Trump anunció la imposición de aranceles del 50% sobre todos los productos brasileños a partir del 1 de agosto, una medida drástica que representa el aumento más alto impuesto por Trump a un socio comercial significativo de EE. UU. y la tarifa más alta de la reciente ola de anuncios. Esta decisión se produce tras duras críticas del presidente estadounidense a las políticas internas y externas del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.

07/09/2025. Trump justificó su decisión a través de una carta publicada en sus redes sociales, atribuyendo la acción en parte a los «ataques insidiosos de Brasil contra las elecciones libres y los derechos fundamentales de libertad de expresión de los estadounidenses». Específicamente, mencionó al Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, acusándolo de emitir «cientos de órdenes de censura SECRETAS e ILEGALES» contra plataformas de redes sociales estadounidenses, amenazándolas con multas millonarias y expulsión del mercado brasileño. Además, la acusación se vincula directamente a la postura del STF en el juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro. Trump reiteró su llamado a las autoridades brasileñas para que retiren las acusaciones contra Bolsonaro relacionadas con el intento de golpe, calificando el proceso como una «cacería de brujas que debe terminar INMEDIATAMENTE».

El anuncio de los aranceles también se basa en la afirmación de Trump de una «relación comercial muy injusta» y la supuesta falta de reciprocidad, a pesar de que Brasil ha comprado más de lo que ha vendido a Estados Unidos desde 2009. Trump declaró que Brasil «no ha sido bueno con nosotros», basando su decisión en «hechos muy, muy sustanciales y también en el historial pasado». Adicionalmente, se determinó la apertura de una investigación sobre supuestas restricciones a la actividad de empresas de tecnología americanas en Brasil y otras prácticas comerciales desleales o injustas, invocando la Sección 301 de la Ley de Comercio estadounidense. Esta norma, que funciona como un mecanismo de presión internacional, permite la investigación de prácticas extranjeras desleales que afectan el comercio estadounidense.

Cabe destacar que, inicialmente, Brasil estaba previsto para enfrentar una tarifa mínima del 10% bajo el plan de tarifas «recíprocas» de Trump anunciado en abril, lo que convierte a este aumento en una revisión significativa al alza. La medida surge pocos días después de que Trump amenazara con imponer aranceles adicionales a los países miembros del BRICS –grupo de naciones emergentes al que pertenece Brasil– por sus supuestas «políticas antiamericanas», en medio de la cumbre de líderes del grupo celebrada en Río de Janeiro. En dicha cumbre, los líderes del BRICS, bajo la presidencia de Lula, criticaron las políticas tarifarias que distorsionan el comercio.

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La Firme Respuesta de Lula da Silva: Soberanía y Reciprocidad

En una reacción inmediata, el gobierno brasileño, bajo la dirección de Lula, convocó una reunión de emergencia para definir una respuesta, expresando insatisfacción por la mezcla de cuestiones políticas y técnicas sobre comercio en la carta de Trump. Lula respondió duramente a las amenazas de Trump, calificándolas de «irresponsables» y afirmando que el expresidente estadounidense debería «cuidar de sus propios asuntos» en relación con Brasil.

El gobierno brasileño ha informado que tiene la intención de «retaliar a los EE. UU. con base en la legislación brasileña de reciprocidad económica», aprobada recientemente por el Congreso. Esta ley autoriza al Poder Ejecutivo a adoptar contramedidas, como la restricción de importaciones de bienes y servicios, la suspensión de concesiones comerciales, de inversión o de obligaciones de propiedad intelectual, y otras obligaciones de acuerdos comerciales. La norma establece que tales contramedidas deberán ser, en la medida de lo posible, proporcionales al impacto económico causado por las acciones unilaterales que perjudiquen a Brasil.

Lula enfatizó que «Brasil es un país soberano con instituciones independientes que no aceptará ser tutelado por nadie». Declaró que el proceso judicial contra quienes planearon el golpe de estado es de competencia exclusiva de la Justicia brasileña y, por lo tanto, no está sujeto a injerencias o amenazas externas que puedan herir la independencia de las instituciones nacionales.

El presidente brasileño también rebatió la afirmación de Trump sobre un supuesto déficit comercial estadounidense con Brasil, presentando datos que demuestran lo contrario. Las estadísticas del propio gobierno de Estados Unidos comprueban un superávit de EE. UU. en el comercio de bienes y servicios con Brasil del orden de US$ 410 mil millones a lo largo de los últimos 15 años. Ante esto, Lula reiteró que «cualquier medida de elevación de tarifas de forma unilateral será respondida a la luz de la Ley brasileña de Reciprocidad Económica».

Finalmente, Lula destacó que la soberanía, el respeto y la defensa intransigente de los intereses del pueblo brasileño «son los valores que orientan nuestra relación con el mundo». El vicepresidente Geraldo Alckmin, también ministro de Industria y Comercio, había afirmado antes del anuncio que no veía motivo para un aumento arancelario, ya que EE. UU. registra un superávit comercial con Brasil, señalando que cualquier medida de este tipo sería «injusta y, en realidad, perjudicaría la propia economía americana». La relación comercial con EE. UU. es crucial para Brasil, ya que los Estados Unidos son un «cliente VIP» que importa principalmente productos industrializados y de mayor valor agregado, a diferencia de la exportación de commodities a otros grandes socios como China.

Redaccción de DHH sobre lectura de medios y agencias

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