El reciente dictamen de Medicina Legal que apunta al ahogamiento como causa de muerte de Valeria Afanador, la niña de 10 años hallada sin vida en el río Frío, ha abierto más preguntas que certezas, avivando el dolor y la determinación de su familia, que insiste en que su hija no llegó sola al cauce.
09/01/2025. Valeria Afanador, quien tenía síndrome de Down, fue vista por última vez el pasado 12 de agosto de 2025 en el Gimnasio Campestre Los Laureles, su colegio en Cajicá. Tras 18 angustiosos días de búsqueda, su cuerpo fue encontrado flotando en el río Frío por un campesino el viernes 29 de agosto.
El dictamen oficial y las inquietudes familiares
El 1 de septiembre de 2025, Medicina Legal confirmó que Valeria murió por ahogamiento o sumersión en medio líquido, evidenciando residuos de pantano en su estómago y vías respiratorias. Un punto crucial del informe es que no se encontraron moretones, fracturas ni signos de violencia física o sexual en el cuerpo, y sus prendas de vestir no presentaban desgarros ni cortes. La Fiscalía indicó que la «ventana de muerte» corresponde al momento en que fue vista con vida por última vez en su colegio.
Sin embargo, para la familia de Valeria, estas conclusiones preliminares son solo el inicio. Manuel Afanador, padre de la menor, ha sido enfático: «Mi hija no salió sola del colegio. Esto no para». Él considera que, aunque la ausencia de violencia física es un «alivio» en medio del dolor, la investigación debe profundizarse para determinar «qué generó el ahogamiento o quién generó el ahogamiento».
La hipótesis del «empujón» y la responsabilidad del colegio
Julián Quintana, abogado de los padres de Valeria, planteó una hipótesis que podría cambiar el rumbo de la investigación: la posibilidad de que alguien hubiera empujado a Valeria al río. Para el jurista, esta acción, aunque no deje huellas visibles de golpes en el cuerpo, «es en sí misma un acto de violencia».
Esta teoría cobra fuerza por varios elementos:
- El cuerpo de Valeria fue encontrado flotando en un punto del río que ya había sido revisado varias veces por socorristas y autoridades, lo que alimenta la sospecha de que la niña no llegó allí por sus propios medios.
- Las cámaras de seguridad del colegio solo muestran a Valeria deambulando cerca de unos arbustos que colindan con el río, pero no captan el momento en que entra al cauce.
- Manuel Afanador reitera que los comportamientos de su hija «no son comportamientos naturales» y sospecha que «algo o alguien la está llamando, y estamos seguros de que había una persona detrás de la malla que posiblemente la raptó».
El padre también ha señalado una «responsabilidad directa del colegio», el Gimnasio Campestre Los Laureles, donde su hija fue vista por última vez. Afanador menciona que se ha evidenciado una «falla que tenían esas mallas y demás» en la seguridad del plantel educativo, un aspecto que, según él, debe ser determinado por el análisis judicial.
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La investigación continúa con pruebas detalladas
A pesar del dictamen inicial, la Fiscalía General de la Nación ha asegurado el «compromiso de seguir investigando a fondo» el caso. Manuel Afanador se reunió con el vicefiscal, quien le confirmó que Medicina Legal «continuará con otros estudios» y «muestras de laboratorio tomadas durante el procedimiento». Además, los investigadores de campo y la Fiscalía seguirán analizando todo el material fílmico recolectado de más de 94 cámaras dentro del colegio y en zonas aledañas para esclarecer los hechos.
La familia de Valeria Afanador permanece firme en su búsqueda de justicia y la verdad, convencida de que su hija no terminó sola en el río. El caso sigue abierto y los próximos estudios y análisis serán cruciales para desvelar el misterio detrás de la trágica muerte de la pequeña.
Redacción Albitrio Fabrepe para DHH.
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