Estados Unidos les abrió la puerta en medio del colapso venezolano. Les dio trabajo, estabilidad y una tregua frente al autoritarismo. Esa promesa se desmoronó. La administración Trump decidió revocar el Estatus de Protección Temporal (TPS) del 2021 para los venezolanos, dejando a más de 348,000 personas en un limbo migratorio que amenaza con convertirse en una pesadilla.

09/03/2025. El TPS, diseñado para proteger a quienes huyen de países en crisis, había sido una tabla de salvación. Pero con su eliminación, padres de familia, emprendedores y trabajadores esenciales enfrentan la posibilidad de ser deportados a un país que sigue sumido en represión y escasez.
La decisión, que contradice promesas previas de deportar solo a criminales, ha generado críticas incluso dentro del Partido Republicano, especialmente en Miami-Dade, donde líderes locales han pedido reconsiderar la medida. “No se puede castigar a quienes han contribuido al país y solo buscan sobrevivir”, afirman.
Más allá de cifras y tecnicismos, el drama humano es innegable. Niños nacidos en EE. UU. podrían ver a sus padres expulsados, mientras miles de familias enfrentan la angustia de perderlo todo por una decisión política.
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Este giro migratorio no solo redefine el destino de miles de venezolanos, sino que también plantea una pregunta incómoda: ¿cuánto vale una promesa de refugio cuando la política la convierte en papel mojado?
Redacción DHH con información de agencias
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