Petro en la ONU: un llamado a la «revolución mundial de los pueblos» para salvar la vida y detener el genocidio de Gaza

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En su último discurso ante la Asamblea General, el presidente colombiano Gustavo Petro arremetió contra la política antidrogas de EE. UU., denunció un «genocidio» en Gaza y propuso un plan global para descarbonizar el planeta, instando a la acción armada para liberar a Palestina.

09/23/2024. En un discurso cargado de duras críticas y propuestas radicales, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, utilizó su última intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas para declarar que la diplomacia ha fracasado y que solo una «revolución mundial de los pueblos» puede salvar a la humanidad del colapso climático y la barbarie. Petro acusó directamente a la administración de Donald Trump y a las potencias mundiales de priorizar la codicia sobre la vida, ser cómplices de un genocidio en Gaza y usar la política antidrogas como una herramienta de dominación sobre América Latina.

El mandatario colombiano inició su cuarto y último discurso recordando sus advertencias previas sobre el conflicto en Palestina. «Los que no tenemos bombas ni grandes presupuestos no somos escuchados aquí», lamentó, antes de conectar la violencia en Gaza con los ataques a migrantes en el Caribe y la falta de acción climática, todo como parte de una misma causa global.

La «fracasada» guerra contra las drogas y la hipocresía de EE. UU.

Uno de los ejes centrales de su intervención fue la crítica a la política antinarcóticos de Estados Unidos, la cual calificó como una «mentira» diseñada no para detener la cocaína, sino para «dominar los pueblos del sur». Petro defendió su propia gestión, destacando que bajo su gobierno se incautó la mayor cantidad de cocaína en la historia de Colombia y se extraditaron más de 700 capos, todo sin «lanzar un solo misil ni asesinar ningún joven».

Afirmó que su política de sustitución voluntaria de cultivos de coca es más eficaz que la erradicación forzosa y ha logrado reducir la tasa de crecimiento de estos cultivos del 43% al 3% anual. A pesar de estos resultados, Petro denunció haber sido «descertificado» por el presidente Trump, una acción que, según él, fue influenciada por políticos colombianos ligados a la mafia del narcotráfico y a la extrema derecha de Florida.

El presidente colombiano fue más allá y acusó a los narcotraficantes de no vivir en América Latina, sino en ciudades como Nueva York y Miami, «vecinos del presidente de los Estados Unidos». Sostuvo que el verdadero problema de drogas en EE. UU. es el fentanilo, que mata «100 veces más» que la cocaína y se produce dentro del aparato industrial estadounidense.

Genocidio en Gaza y un llamado a las armas

El tono del discurso se endureció al abordar la situación en Palestina. Petro calificó la ofensiva en Gaza como un «genocidio» del que Trump es cómplice y del cual la ONU es un «testigo mudo y cómplice». Declaró que el tiempo de la diplomacia «ya acabó su papel» en este caso, pues cada día que pasa mueren más niños inocentes.

Ante lo que considera el fracaso de las palabras, el mandatario colombiano hizo un llamado sin precedentes: conformar una fuerza armada multinacional para liberar a Palestina. «Invito a las naciones del mundo (…) a unir ejércitos y armas. Hay que liberar a Palestina», sentenció, proponiendo una votación en la Asamblea General bajo el mecanismo de «Uniting for Peace» para evitar los vetos en el Consejo de Seguridad.

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El colapso climático y la propuesta de un «Plan Global»

El tercer pilar de su intervención fue la crisis climática, que, según la ciencia, nos da solo 10 años para evitar un «punto de no retorno» hacia la extinción de la vida. Petro denunció que la palabra «descarbonización» se ha vuelto subversiva para los países ricos, quienes se niegan a actuar porque no quieren una «interdependencia» con América Latina y África.

Propuso una solución concreta: un plan global de descarbonización financiado con 1.2 billones de dólares para desarrollar el potencial de energía limpia de América Latina (100 gigavatios anuales) y África, dinero que, según él, «ya está en las arcas guardadas en Estados Unidos, Europa y China». Para lograrlo, exigió un cambio total en la política financiera mundial, que incluya la condonación de deuda y la abolición de la prima de riesgo para países que absorben CO2.

Finalmente, Petro concluyó que el Estado-nación ha llegado a su «decadencia final» y que ha surgido un «nuevo sujeto político»: la humanidad unida. Instó a las Naciones Unidas a transformarse, deteniendo primero el genocidio en Gaza y luego implementando un plan vinculante para salvar el planeta, en un último y desesperado llamado por «la vida, la democracia global y la libertad».

Redacción DHH.

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