El telón ha caído dolorosamente sobre la temporada de los New York Yankees, culminando en un colapso estrepitoso a manos de los Toronto Blue Jays en la Serie Divisional de la Liga Americana (ALDS). La derrota final por 3-1 no solo detiene la marcha del equipo, sino que subraya una tendencia preocupante: la incapacidad crónica de la franquicia del Bronx para ejecutar en las instancias de postemporada.

10/09/2025. Con esta eliminación en 2025, la sequía de Series Mundiales de los «Mulos» se extiende a 16 largos años. Desde aquel lejano 4 de noviembre de 2009, cuando se alzaron con su último campeonato ante los Filadelfia Phillies, los aficionados han aguardado en vano. Este ayuno ya se posiciona como su tercera peor racha sin gloria en la historia. Es un final amargo para la tercera franquicia más onerosa de las Grandes Ligas esta temporada, cuyo roster alcanzó los 298.1 millones de dólares.
Más allá de la brillantez de los Azulejos, el fracaso de 2025 se gestó a partir de deficiencias internas recurrentes que se manifestaron en tres áreas cruciales:
1. La ofensiva anémica: dependencia y desaparición
A pesar de contar con algunos de los bateadores más caros y talentosos de la liga, la ofensiva de los Yankees fue desesperantemente inconsistente durante toda la Serie Divisional. El error principal fue la excesiva dependencia en figuras estelares como Aaron Judge. Cuando las luminarias eran neutralizadas, el resto de la alineación simplemente se desvanecía, fallando repetidamente en momentos clave con corredores en posición de anotar.
Esta debilidad, observada en la fase regular, se magnificó en los playoffs, y la incapacidad de la ofensiva para responder a los batazos de Toronto se erigió como el factor más visible de la derrota. La falta de punch ofensivo, especialmente cuando se necesitaba un bate emergente o un movimiento inesperado para cambiar el impulso del juego, puso en evidencia un error de planificación.
2. El eslabón débil: la rotación y la pesadilla de Vladdy Jr.
Si bien hubo destellos en la rotación de abridores, la falta de profundidad en el pitcheo resultó ser un problema estructural insalvable. El manager enfrentó el constante desafío de extender el brazo de lanzadores fatigados o de recurrir a relevistas del bullpen que «no inspiraban confianza». El lanzador Devin Williams fue, de hecho, una de las mayores decepciones de la temporada.
Esta carencia se exacerbó por la inacción de la dirección técnica, que no logró obtener el refuerzo necesario en la fecha límite de traspasos.
En la ALDS, esta deficiencia tuvo un nombre propio: Vladimir Guerrero Jr.. El inicialista dominicano no solo lideró la victoria de su equipo, sino que consolidó su reputación como un verdadero ‘asesino de Yankees’. El pitcheo neoyorquino no pudo controlar al astro de los Blue Jays, cuya actuación rozó la perfección y fue la razón principal por la que Toronto avanzó.
Los números de Guerrero Jr. en los cuatro juegos de la ALDS 2025 son devastadores:
- Promedio de bateo (AVG): .529 (9 hits en 17 turnos al bate).
- Jonrones (HR): 3.
- Carreras Producidas (RBI): 9.
- OPS (Estadística de Poder): 1.609.
Este rendimiento no es casualidad, sino la continuación de un patrón: Guerrero Jr. es históricamente un «Matador de Mulos», manteniendo un promedio de bateo de por vida contra los Yankees de .302.
Puedes leer: «Desde el corazón» al Super Bowl: la profecía autocumplida de Bad Bunny y el impacto político contra Trump
3. Decisiones tácticas bajo escrutinio
El manejo del manager Aaron Boone y su cuerpo técnico no escapó al intenso escrutinio. En momentos de alta presión, las decisiones —como los cambios de pitcher o la conformación de la alineación inicial— a menudo parecieron tardías o simplemente equivocadas.
A nivel de roster, la gerencia falló al no blindar al equipo con el talento de banca necesario. Los jugadores suplentes y especialistas ofensivos no tuvieron el impacto esperado, forzando a los titulares a jugar sin margen de error, un fallo que se evidenció en la falta de punch cuando más se le necesitaba.
La eliminación de 2025 es más que una simple derrota; es una señal de alarma. La combinación de una ofensiva que se apagó en octubre, un pitcheo sin la profundidad necesaria para una serie corta y decisiones tácticas cuestionables demuestran que el modelo actual de la franquicia necesita una revisión estructural profunda si se pretende romper finalmente la larga y frustrante sequía de títulos.
Redacción DHH.
Más historias
Beisbol del Caribe: los Tigres de Aragua reciben la visita de los Leones del Caracas
Beisbol del Caribe: «Águilas del Zulia no baja la cabeza a pesar de la basura que gritan en el estadio» (Posiciones en las 5 Ligas)
Hoy comienza la fiesta del beisbol en Colombia