Lo que comenzó como un rumor de juego sucio en las Grandes Ligas de Béisbol (MLB) ha escalado a un grave problema penal: los lanzadores dominicanos Emmanuel Clase y Luis Ortiz fueron acusados formalmente por fiscales en Brooklyn, Nueva York, por cargos relacionados con un presunto esquema de manipulación de apuestas en lanzamientos realizados durante juegos de las Mayores.

La situación legal de ambos deportistas es crítica: mientras que Luis Ortiz fue arrestado por el FBI en la mañana en el aeropuerto internacional Logan de Boston y se esperaba que compareciera ante un tribunal federal ese mismo día, Emmanuel Clase, considerado en años recientes uno de los mejores cerradores de la Liga Americana o de las Grandes Ligas, se encuentra prófugo.
La trama del fraude y el tamaño deportivo
De acuerdo con el expediente de 23 páginas citado en los reportes, los dos lanzadores de las Grandes Ligas (Guardians de Cleveland) fueron acusados de aceptar sobornos a cambio de avisar con antelación a los apostadores deportivos sobre el tipo de lanzamiento que ejecutarían. No solo eso, sino que también se les acusa de lanzar intencionalmente bolas en lugar de strike para garantizar apuestas exitosas.
El supuesto esquema ilegal de apuestas deportivas, que involucró a apostadores de nacionalidad dominicana, se habría iniciado alrededor de mayo de 2023, cuando Clase comenzó a colaborar con ellos para influir en lanzamientos específicos durante los partidos.
Detalles de la coordinación y el monto ganado:
- El Rol de Clase: A partir de mayo de 2023, Clase y el denominado «apostador» acordaron los lanzamientos que realizaría. Estos acuerdos generalmente implicaban que Clase lanzaría bolas (en lugar de strikes), sliders (en vez de cutters), o lanzamientos más lentos (en vez de rectas cortadas más rápidas). A menudo, esto ocurría en los primeros lanzamientos de un turno al bate.
- Coordinación en pleno juego: La acusación establece que Clase utilizó su teléfono celular en varias ocasiones para coordinar las apuestas con los principales apostadores, lo cual constituye una violación a las reglas de la MLB. Por ejemplo, el 17 de mayo de 2025, mientras los Guardianes jugaban contra los Rojos de Cincinnati, Clase envió un mensaje de texto a las 8:24 p.m. preguntando al “apostador 1” si estaba listo.
- Reuniones previas: El cerrador supuestamente utilizó una de sus residencias en Ohio para reunirse de manera personal con los apostadores y coordinar la manipulación de lanzamientos previo a los juegos. Se cita como ejemplo el 25 y 26 de abril, cuando Clase gestionó boletas para que los apostadores asistieran al partido de Cleveland contra los Medias Rojas de Boston.
- Ganancias millonarias: Los apostadores que conspiraron con Clase y Ortiz obtuvieron cerca de $450,000 en ganancias por las apuestas realizadas con los picheos ilegales. De esta cantidad, Clase es responsable de generar $400,000 para los apostadores.
- La inclusión de Ortiz: Luis Ortiz entró en escena en junio de 2025, supuestamente tras ser convencido por Clase. El 15 de junio, los apostadores ganaron aproximadamente $26,000 luego de que Ortiz ejecutara un lanzamiento de bola tal como se había acordado previamente.
La severidad de los cargos
El caso, que muchos pensaban que solo podría acarrear una suspensión por tiempo definido o de por vida en Grandes Ligas, escaló a algo mucho más grave, quedando en manos de la justicia federal.
Clase, de 27 años, y Ortiz, de 26, enfrentan acusaciones formales que incluyen:
- Conspiración para cometer fraude electrónico.
- Conspiración para cometer fraude electrónico por privación de servicios honestos.
- Conspiración para influir en competiciones deportivas mediante soborno.
- Conspiración para el blanqueo de capitales.
Los cargos más graves conllevan una pena potencial de hasta 20 años de prisión en caso de condena. Reportes indican que, combinados, los lanzadores dominicanos enfrentan hasta 65 años de cárcel.
Crítica: La traición al deporte y la codicia destructora
Este escándalo representa un acto de traición deplorable y una mancha indeleble no solo para las carreras de Emmanuel Clase y Luis Ortiz, sino para la integridad misma del béisbol profesional.
Emmanuel Clase, quien estaba proyectado para ganar alrededor de 38 millones de dólares antes de llegar a la agencia libre en 2027, y que había alcanzado la cima como uno de los mejores cerradores de las Mayores, intercambió su prestigio, su talento y el respeto que inspiraba su jersey por la codicia desmedida de unos pocos miles de dólares en sobornos. Es lamentable que estos talentos dominicanos hayan tenido que llegar a este extremo.
El uso de su hogar en Ohio para coordinar encuentros ilegales y la manipulación intencional de lanzamientos —el corazón de su profesión—, violando incluso las reglas básicas al utilizar su teléfono en el dugout para conspirar, demuestra un desprecio absoluto por la ética deportiva y los millones de aficionados que creen en la pureza del juego. Cuando los atletas conspiran para alterar el resultado básico de un partido, no solo engañan a los apostadores, sino que destruyen la fe del público en la honestidad de la competición. Lo que parecía ser una potencial suspensión se ha convertido en una formal acusación criminal de conspiración para cometer fraude, que amenaza con borrar su futuro deportivo y llevarlos a la cárcel.

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Reacciones institucionales
Tras darse a conocer la historia, los Guardianes de Cleveland y la MLB emitieron comunicados oficiales:
- Guardianes: El equipo está «al tanto de la reciente acción de las autoridades» y seguirán cooperando plenamente con ellas y con Major League Baseball mientras continúan las investigaciones.
- MLB: La liga contactó a las autoridades federales al inicio de su investigación y ha cooperado plenamente durante todo el proceso. La MLB está «al tanto de la acusación formal y del arresto de hoy» y su investigación «sigue en curso».
En este punto, el caso ha dejado de ser meramente deportivo para convertirse en un expediente judicial con graves implicaciones penales. El abogado de Ortiz declinó hacer comentarios, y el de Clase no respondió de inmediato a los mensajes en busca de comentarios.
Redacción Tony Romero para DHH.
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