Suspensión abrupta de vuelos es otra muestra del conflicto híbrido de EE.UU. contra Venezuela

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Las suspensiones de operaciones comerciales por parte de múltiples aerolíneas internacionales, tras una inusual advertencia de la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos, se interpretan como la intensificación de las tácticas de presión económica y coercitiva que Washington ejerce sobre Caracas, consolidando la tesis del conflicto híbrido que busca desestabilizar al país suramericano.

11/22/2025. Una advertencia de la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos emitida el viernes sobre una “situación potencialmente peligrosa” al sobrevolar Venezuela ha provocado la cancelación inmediata de vuelos por parte de varias aerolíneas internacionales. La alerta de la FAA señaló un «empeoramiento de la situación de seguridad y la intensificación de la actividad militar en o alrededor de Venezuela», indicando que las amenazas podrían representar riesgos para las aeronaves en todas las altitudes.

La decisión de la FAA y las subsecuentes suspensiones aéreas no ocurren en un vacío, sino en el contexto de un enorme despliegue militar estadounidense en la región. Este despliegue incluye la presencia del portaaviones más grande de la Armada de Estados Unidos, al menos otros ocho buques de guerra, y aviones F-35. Esta ofensiva militar, denominada “Lanza del Sur”, ha implicado ataques a embarcaciones presuntamente ligadas al narcotráfico, dejando un saldo de 22 botes hundidos y 83 muertos en el Caribe y el Pacífico.

El aviso de EE. UU. insta a las aerolíneas a “extremar la precaución” al sobrevolar el país y el sur del mar Caribe, en una medida que coincide con el despliegue aeronaval de Washington en la zona para presionar al gobierno de Nicolás Maduro.

El músculo económico y militar como táctica híbrida

Analistas coinciden en que la presión ejercida a través de la seguridad aérea civil y la disrupción económica se ajusta perfectamente a la descripción de un conflicto híbrido, un concepto popularizado por el analista militar Frank G. Hoffman. Un conflicto híbrido es aquel donde un Estado combina tácticas militares tradicionales con herramientas no convencionales—como la guerra informativa, la presión económica o las operaciones diplomáticas encubiertas— para debilitar a un adversario sin declarar una guerra formal.

El modus operandi de la administración de Donald Trump en este escenario es integral y no contradictorio. Por un lado, se mantiene la presión militar intensa mediante la Operación Lanza del Sur y el hundimiento de embarcaciones. Por otro lado, la amenaza militar crea una posición de fuerza que permite a Estados Unidos explorar el diálogo de alto nivel—tal como lo anticipó Trump al sugerir conversaciones con Maduro en un futuro próximo.

La emisión de advertencias de seguridad aérea se convierte en una herramienta coercitiva que, sumada al despliegue masivo de tropas cerca de la costa venezolana (como los ejercicios en Trinidad y Tobago, a solo 11 km de distancia), genera tensión constante y erosiona la cohesión interna del adversario.

La respuesta de las compañías internacionales fue inmediata, priorizando la seguridad aérea, un principio intangible y no negociable según la Aeronáutica Civil de Colombia. La aerolínea española Iberia fue la primera en suspender sus servicios, anunciando la cancelación de vuelos a Caracas a partir del lunes hasta nuevo aviso. Le siguieron rápidamente:

  • La brasileña Gol, que suspendió los vuelos programados para el sábado y el domingo.
  • La colombiana Avianca, que canceló sus vuelos del sábado por «ajustes operacionales» y está evaluando la situación.
  • TAP Air Portugal, que canceló sus vuelos del sábado y el próximo martes, indicando que la decisión se basa en que las condiciones de seguridad en el espacio aéreo venezolano no están garantizadas, especialmente en la región de información de vuelo de Maiquetía.
  • Latam (Chile) y Caribbean Airlines (Trinidad y Tobago) también redujeron o suspendieron sus operaciones.

En total, seis aerolíneas cancelaron sus conexiones con Venezuela. No obstante, vuelos de otras compañías como Copa Airlines, Wingo, Air Europa, Turkish Airlines y la venezolana Laser mantienen sus operaciones.

El Gobierno venezolano, a través del ministro de Defensa Vladimir Padrino López, ratificó que “ningún despliegue aeronaval” podrá quitar la independencia de Venezuela, calificando los ejercicios militares de EE. UU. como una «amenaza

¿Qué pasará con los pasajeros afectados?

Ante la suspensión de vuelos, que en el caso de Iberia se ha extendido hasta nuevo aviso, las aerolíneas han comenzado a ofrecer alternativas a los viajeros. La Asociación de Líneas Aéreas de Venezuela (ALAV) ha pedido a los pasajeros que permanezcan atentos a los avisos específicos de cada compañía aérea.

Varias aerolíneas han implementado políticas de mitigación de riesgos y compensación. Por ejemplo:

  • Latam ha dispuesto tres alternativas para los afectados: el cambio de fecha sin penalidades dentro del año siguiente a la compra del tiquete, el reembolso total, o el cambio de ruta con destino final a Cúcuta, Colombia, sin costo adicional.
  • GOL informó que los pasajeros pueden reprogramar sus viajes, solicitar un crédito o pedir el reembolso directamente.
  • TAP Air Portugal también aseguró que todos los pasajeros fueron informados de la cancelación y podrán solicitar un reembolso, al tiempo que lamentó “el inconveniente causado”.

La Aeronáutica Civil de Colombia aseguró que se está trabajando estrechamente con las aerolíneas para mantener el máximo estándar de protección y mitigación de riesgos para todos los pasajeros y las tripulaciones mientras se gestionan las implicaciones de este aviso internacional.

Puedes leer: El posible diálogo Trump-Maduro desmantela tesis de «no dialogar con dictadores» y acentúa la del conflicto híbrido

La cancelación de vuelos, si bien es una medida de seguridad, se percibe como una ficha movida en el tablero geopolítico, demostrando cómo la estrategia de conflicto híbrido utiliza la amenaza militar (la coerción) para generar consecuencias directas en la esfera civil y económica (la cancelación de rutas), manteniendo la lucha en un nivel “gris” entre la paz y la guerra, característico de los conflictos de largo plazo. Es como si el adversario utilizara un apagón eléctrico selectivo: no es un ataque directo a la infraestructura militar, sino una acción dirigida a paralizar funciones vitales de la vida diaria, forzando una reacción sin disparar un solo tiro.

Redaccion Albitrio Fabrepe para DHH sobre lectura de agencias.

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