En un análisis profundo sobre la actual coyuntura social y mediática, el profesor Ricardo Nieves ha advertido sobre el devastador impacto que el entorno digital, dominado por lo que él denomina “el rebaño digital” o “la manada digital”, está teniendo en nuestra capacidad de razonar y comprender la realidad.
Nieves enfatiza que la tarea de pensar es difícil, y su ejercicio está siendo sofocado por una oleada de certezas sin fundamento, impulsadas por el ego en las plataformas en línea.
La tiranía del «rebaño digital»
El concepto central de la disertación del profesor Nieves es el «rebaño digital», definido como un conjunto de personas conectadas en red a las que no les interesa realmente pensar, conocer, interrogar, o tener dominio o conocimiento sobre temas de índole político, religioso, filosófico, económico o cultural.
Sorprendentemente, este grupo se auto-considera “los dueños de los saberes”, a pesar de que a menudo carecen de la formación, la conceptualización o los estudios necesarios. El profesor subraya que el aprendizaje es una mecánica que exige constancia, dedicación, esfuerzo y concentración, elementos que brillan por su ausencia en la dinámica del rebaño.
Según Nieves, el rebaño digital es «aplastante, tan seguro de sí mismo y tan insufrible». Ellos reaccionan con críticas a veces mordaces, pero sin un solo fundamento argumentativo. La manada digital determina qué es lo correcto según su parecer, qué se debe ver, qué se debe consumir y por dónde se debe caminar, lo que hace que la tarea de pensar sea ardua en el tiempo actual.
La crisis del pensamiento y el dominio del ego
El profesor Nieves identifica una gran crisis del pensamiento en la actualidad. Esta crisis no se debe a que la gente sea «más bruta», sino a que, si bien hay más información y más gente que la domina, el rebaño rebate, critica y contradice todo, incluso negando la ciencia, la historia y los hechos, sin poseer siquiera «tres líneas de argumento o de fundamento».
Esta dinámica se basa en el «dominio del ego». Cuando se habla del «yo», se está hablando de un “edificio de creencia”, no de argumento ni de razonamiento. Los humanos, imperfectos por naturaleza, tendemos a cometer errores, falencias, sesgos y desvíos, y el pensamiento, como producto de un cerebro que no es una máquina perfecta, tampoco es una construcción perfecta.
En la era digital, el ego termina «cegando, borrando, anulando la capacidad de razonabilidad», que es una cualidad esencial del cerebro humano que debe ser desarrollada, pulida y brillada con el aprendizaje.
El reclamo por la humildad conceptual y la reflexión
En este panorama de excesiva libertad de expresión, Nieves insiste en la necesidad de la “humildad conceptual”. Esta humildad implica reconocer que una idea puede ser rebatible, que uno puede estar equivocado y que es probable que no se posea la verdad completa. No obstante, la manada digital no comprende este principio y prefiere «caerle encima a la gente».
El profesor advierte que la sociedad enfrenta un problema grave: «todo el mundo quiere que se piense igual». Si todo el mundo piensa de la misma manera, «nadie está pensando», pues la cualidad fundamental del pensamiento es la reflexión y la crítica.
- Reflexión: Implica que el pensamiento sea profundo y basado en argumentos.
- Crítica: Significa que la idea está expuesta a ser desmentida, superada y mejorada. La crítica es un proceso que funciona como un cedazo, para determinar qué queda de real y lógico.
Nieves ilustra que si el pensamiento no obedece a un patrón de razonabilidad, aunque este sea imperfecto, se convierte en una especulación, una pasión o una creencia.
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Incluso hace referencia al qualia, un término antiguo de Grecia, para explicar la condición inherente de los objetos y fenómenos que, aunque interpretados subjetivamente por nosotros, está sometida a la razón.
El profesor concluye su reflexión instando a enseñar a los niños desde temprana edad a leer, a fundamentar sus ideas, a aceptar la crítica y a reconocer que nos equivocamos. Esto es crucial para que, al llegar a la edad adulta, no se consideren «dueños del saber» con las posiciones más disparatadas, un grado que, en ocasiones, puede escalar hasta la «estupidez», de la cual, advierte, «hay que cuidarse porque es una enfermedad».
Redacción Elena Calzadilla para DHH sobre video análisis en YouTube.
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