El destino del histórico acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur —un pacto que, de ratificarse, crearía un mercado común de 722 millones de habitantes— pende de un hilo a escasos días de la fecha prevista para su rúbrica.
121/14/2025. Pese a que el acuerdo de asociación se concluyó en su forma final el 6 de diciembre de 2024, quedando pendiente su proceso de ratificación, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tiene previsto viajar a Brasil para firmarlo el próximo sábado 20 de diciembre en Foz do Iguaçu,. Sin embargo, la intensa oposición de influyentes estados miembros, especialmente Francia, mantiene la incertidumbre sobre si Von der Leyen recibirá el mandato necesario para concretar el pacto,.
Las negociaciones, que se iniciaron hace más de 25 años, buscan eliminar aranceles y regulaciones, liberalizando el 90 por ciento del comercio interbloques,. Este tratado es visto por sus defensores como un acuerdo estratégico vital para que Europa avance en su agenda y construya una red de socios competitiva a nivel mundial. La Comisión Europea, que negoció el acuerdo, requiere la aprobación de los Veintisiete, que deben pronunciarse mediante una votación programada entre el 16 y el 19 de diciembre,.
Para que el pacto avance, se necesita una mayoría cualificada, lo que implica el apoyo de 15 miembros de la UE que representen el 65% de la población del bloque,. Si un bloque minoritario que sume al menos cuatro países y represente el 35% de la población se opone, el acuerdo se anularía. El resultado de esta votación es incierto, ya que naciones como Polonia, Irlanda, Hungría, Países Bajos y Austria han manifestado ser firmes objetores.
Dinamarca Impulsa la agenda
Dinamarca, que actualmente ostenta la presidencia rotatoria de la UE, ha sido clara en su intención de mantener el calendario. Según un funcionario danés, la planificación de la presidencia es celebrar la votación sobre el acuerdo del Mercosur la próxima semana para permitir que la presidenta de la Comisión pueda firmar el acuerdo en Brasil el 20 de diciembre, y esta intención no ha cambiado.
Los países nórdicos, junto con Alemania y España, se han posicionado como «claros partidarios» de la concreción del pacto, destacando su importancia comercial. Por ejemplo, el ministro de Economía de España, Carlos Cuerpo, expresó su optimismo, señalando que el acuerdo sería un buen ejemplo de la capacidad de Europa para avanzar en una agenda de socios estratégicos.
Francia: «inaceptable en su forma actual»
La principal barrera para la ratificación europea sigue siendo Francia, cuyo rechazo ha sido reiterado con firmeza,. El ministro francés de Economía y Finanzas, Roland Lescure, declaró públicamente que, «en su forma actual, el tratado no es aceptable». Esta postura podría descarrilar el viaje de Von der Leyen a Brasil.
La oposición francesa se centra en la preocupación de sus agricultores, quienes temen que el acuerdo facilite la entrada de productos sudamericanos —como carne de vacuno, azúcar y miel— que consideran competencia desleal debido a normas de producción menos estrictas que las europeas,. Lescure ha establecido tres condiciones indispensables antes de que Francia dé su conformidad:
- La obtención de una «cláusula de protección fuerte y eficaz» para salvaguardar a los sectores sensibles.
- La exigencia de que las normas de producción aplicadas en la UE «deben aplicarse también a la producción en los países socios».
- Establecer «controles en la importación».
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha reforzado estas líneas rojas, exigiendo que la importación de productos sudamericanos sin aranceles no implique una reducción en los estándares de calidad medioambientales, sociales ni sanitarios europeos.
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En este punto de inflexión, la decisión también depende de la postura final de Italia, cuyo gobierno está dividido, aunque se espera que no sea un obstáculo insuperable. Además de la votación de los Veintisiete, el Parlamento Europeo debe votar sobre las medidas de salvaguardia diseñadas para apaciguar a los agricultores,. De lograr la luz verde y la firma el día 20, el proceso aún no terminaría, ya que el texto completo requerirá la ratificación final del Parlamento Europeo, prevista para el primer trimestre del próximo año.
Redacción Tony Romero para DHH sobre lectura de agencias.
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