Las autoridades de Denver, la capital de Colorado, declararon el jueves el estado de emergencia por la llegada masiva de migrantes en los últimos días, «un paso necesario para evitar una crisis humanitaria local».

El alcalde, Michael B. Hancock, señaló que el flujo de migrantes está saturando los servicios de acogida municipales para albergar a los cientos de personas que buscan refugio en la ciudad.

«Permítanme ser franco: esta afluencia de inmigrantes, la naturaleza imprevista de su llegada y nuestros retos actuales de espacio y personal han puesto una inmensa presión sobre los recursos de la ciudad hasta el nivel en que están a punto de llegar a un punto de ruptura en este momento», aseguró Hancock durante una rueda de prensa.

«Lo que no quiero ver es una crisis humanitaria local de migrantes sin techo en nuestras manos debido a la falta de recursos», subrayó.

La declaración permite a las autoridades locales, empresas y residentes solicitar ayuda económica a los Gobiernos federal y estatal para hacer frente a esta situación.

La ciudad ha gastado más de 800,000 dólares para dar respuesta a la llegada de migrantes y darles acogida, pero estima que esta cantidad aumente significativamente en los próximos días.

Denver «se encuentra ahora mismo en un estado de crisis y ciudades de todo el país se están viendo obligadas a hacer frente a algo para lo que no estamos preparados», se quejó.