El 5 de enero del próximo año, se despide el gobierno interino que en Venezuela lleva adelante Juan Guaido. Esa fue la respuesta que da la Asamblea Nacional cuando en el pais existe el desparrame político de 2 presidencias, 2 asambleas, 2 tribunales de justicia. Un original y una fotocopia, un pais dividido.
En ese caldo de cultivo surge el interinato de Guaido, quién con tropiezos, poca experiencia y por no pertenecer al status quo de la politica venezolana, se le vió con buenos ojos para enfrentar al desgastado discurso del socialismo del siglo XXI , que no pasa del 20 % de adeptos.
Lo que prometió hacer en menos de un año ya lleva 5, y si bien es cierto que su presencia ha sido la condición juridica que necesitan otros países para sancionar o golpear politicamente a Maduro, el mismo Guaidó se ha encargado de irse empequeñeciendo en su labor primaria, fundamentalmente por no ser claro y concreto sobre las acusaciones de corrupción q rondan al interinato.
Pero ya a Guaido los partidos mas fuertes lo miran como si fuera agua sucia, porque no llevó el ritmo de los tiempos. Siempre fue un mal necesario, pero tuvo el apoyo de quienes adversan a Maduro dentro y fuera de Venezuela. Ya ese cheque en blanco se gastó, y claramente se ve que solo le queda el diario digital mas importante del país como lo es www.lapatilla.com. Hay que reconocer que es el medio mas influyente, pero una sola golondrina no hace verano. Guaidó se impregno de las mismas propiedades de la acetona, y con esa misma condición se ha ido desvaneciendo. Ya no hay quien quiera ser su lugarteniente, su apoyo, ya su carta de navegación esta definida. Su punto de quiebre fue la corrupción endilgada a la directiva de Monómeros en Colombia, donde todos esperaban que fuese claro con el tema y hasta el dia de hoy pasa silbando.
En la corrupción dejo que se le escaparan las tortugas, y fue muy cándido para enfrentar a Maduro y sus corifeos. Guaidó demostró que en política es como Venecia, que no tiene calle.
Solo lapatilla.com trata diariamente de enmendarle la plana, de ser su parlante, de gritar sus acciones mas duro que él.
Guaidó quedó herido con el cáncer de la corrupción, y en los últimos meses dio metástasis. Ha quedado como un delfin de acuario, que hace bulla solo un momento.
Guaidó por algun tiempo se echo al hombro al país opositor, no se fué, no escurrió el bulto y logró mantener a raya a Maduro en el tema económico. Logra reuniones como las de México, pero esta carrera siempre exige más, y él se quedó buscando la salida en la rotonda sin saber que el mismo es quien debe girar el volante.
Ya su discurso es plumbeo, somnoliento y falta de pasión.
Solo le queda esperar el 5 de enero y buscar una salida honrosa.

Redacción dehablahispana.com