¿Cómo ganar una discusión en whatsapp?: Esta es la clave
Chile. Análisis del periodista y escritor Miguel Angel Román sobre la red social whatsapp para dehablahispana.com
WhatsApp es una de las aplicaciones de mensajería más populares en el mundo, con más de 2 mil millones de usuarios activos mensuales. Es inconmensurable la cantidad de fotos, stickers, notas
de audio, llamadas y videollamadas, y especialmente conversaciones de texto, que se generan
desde que se lanzó esta aplicación en 2009.
Pero como en todo ambiente humano, en la aplicación adquirida por Meta en 2014, se generan
millones de discusiones, peleas, confrontaciones que son producto de las perspectivas y creencias
diferentes sobre un tema, que pueden tener los seres humanos.
De allí que sea terreno propicio para la tendencia natural de defender sus propios puntos de vista
y a buscar ser validado por los demás, incluso llegando a ásperas conversaciones bidireccionales
que hasta rayan en la descalificación personal, especialmente en los grupos. ¿Quién gana o quién
pierde? Es cuestión de apreciación, pero hay que estar preparado.
Vale la pena estar siempre atentos a los errores del adversario y uno de los deslices más comunes, cuando la ebullición del altercado alcanza sus máximos niveles, es caer en razonamientos carentes de lógica. Allí quedas indefenso en la discusión. Y sucede muy frecuentemente. Es cuando debemos comenzar a aprender a detectar los sofismas (que son explicaciones falsas o capciosas que se pretende hacer pasar por verdadero) de nuestros adversarios intelectuales en whatsaap para poder revertir y desarmar ese argumento falaz.
Las falacias son proposiciones, ideas que aparentan ser válidas o lógicas, pero en realidad
son falsos o engañosos, diferenciándose de los sofismas en el hecho de que no son
intencionales.
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Una de las más comunes en los chats es la falacia ad hominem, donde se ataca al individuo en lugar de refutar el argumento, ejemplo: «¿Cómo puedes hablar de que Venezuela está mal si tú emigraste?» Suele pasar y es importante detectar cuándo se intenta invalidar lo que dices solo por una condición personal. Estar fuera del país no te hace ni más ni menos venezolano. De hecho, muchas veces estar afuera te da una perspectiva diferente (no mejor ni peor), lo cual es valioso en cualquier análisis. (Mandela, Lech Walesa, Vaclav Havel todos fueron presidentes después de estar en el exilio varios años). Otra es la llamada falacia de la autoridad: aceptar un argumento simplemente porque es presentado por una autoridad, ejemplo: «El doctor dijo que esta es la mejor medicina, así que tiene que ser cierta». Pues si así fuera no habría demandas hospitalarias ni juicios por mala praxis médica.
Pero la falacia más concurrida en los chats de whatsapp es la falacia del hombre de paja (también conocida como falacia de strawman) es un tipo de falacia en la que una persona distorsiona o presenta de manera falsa la posición de su oponente para poder atacarla con mayor facilidad. Esto se hace presentando una versión exagerada o falsa de la posición del oponente, y luego refutando esa versión falsa en lugar de refutar la posición real. Ejemplo de falacia del hombre de paja (me sucedió a mí cuando dije): “No me gusta Biden porque tiene apoyo de muchos comunistas, entre ellos el líder del Partido Comunista Revolucionario de ese país, Bob Avakian”. Alguien, simpatizante de Biden, luego me refutó diciendo “Llegó el comunismo a EEUU, jajaja”, en franca alusión a lo que había dicho, aunque nunca dije que Biden, quien es demócrata, fuera comunista.
Otras falacias es la Ad Populum (si lo dice la mayoría entonces es bueno) con lo cual Bad Bunny sería el mejor artista porque le gusta a muchos. O la falacia de la generalización apresurada: sacar conclusiones generales a partir de un pequeño número de casos, ejemplo: «Todos los políticos son corruptos, porque conocí a uno que lo era”.
¿Por qué es importante detectar una falacia para ganar una discusión? Porque desnuda las intenciones, sean evidentes o no, del adversario de chat, a desafiarte. E identificando la raíz de sus argumentos ilógicos, descarrilas su objetivo y te pones al frente de la réplica. Ahora, si la discusión continúa, sigue los consejos del escritor Mark Twain: Ninguna cantidad de evidencia logrará convencer a un idiota.
Hasta aquí todo bien pero ¿Por qué no nos ponemos de acuerdo o aceptamos las ideas de los
demás? Aquí entran a ser preponderantes los sesgos cognitivos. Los sesgos cognitivos son tendencias sistemáticas y no intencionales de la mente humana que pueden afectar la capacidad de una persona para tomar decisiones o juzgar información de manera objetiva. Estos sesgos pueden afectar a las creencias de una persona de varias maneras.
Por ejemplo, el sesgo de confirmación es una tendencia a buscar y dar más peso a la información que confirma nuestras creencias existentes, mientras que se ignoran o se minimizan las ideas contrarias. Esto puede llevar a la persistencia de creencias erróneas o no basadas en la evidencia. Otro sesgo cognitivo es el de la falacia de la anecdótica, donde las personas tienden a dar un gran peso a las historias personales o anécdotas, incluso si no son representativas de una situación más amplia. Esto puede llevar a creencias basadas en ejemplos aislados en lugar de en datos.
Entonces, cada sesgo personal es un cantón de defensa altamente cargada de belicosidad muchas veces y sobrada vehemencia donde cada quien defiende su posición. Pero ¿cómo ganar la batalla de las ideas? ¿Cómo vencer, o al menos contrarrestar los sesgos que casi siempre conllevan a errores dialécticos en las confrontaciones verbales de whatsapp?