
Bolsonaro, quien a diez días de la cita con las urnas tiene en las encuestas una desventaja de entre 10 y 15 puntos porcentuales frente al favorito Lula, reiteró su desconfianza en los sondeos y aseguró ante cientos de personas que ganará las elecciones «en la primera vuelta».
El líder de la ultraderecha retomó su campaña en la ciudad amazónica de Belén, tras haber asistido a los funerales de la reina Isabel II en Londres y participar en la Asamblea General de la ONU, en Nueva York.
Aseguró que en esos viajes comprobó que Brasil y su Gobierno «son admirados por todo el mundo», lo cual atribuyó entre otras cosas a su firme defensa de los valores conservadores.
«El Estado puede ser laico, pero su presidente es cristiano», dijo en un mensaje dirigido a los evangelistas, que representan un 25 % del electorado y forman parte de su base política.
«A diferencia del otro candidato, defendemos la vida desde su concepción, decimos no al aborto, a la ideología de género y a la legalización de las drogas» y «nuestro lema es Dios, patria y familia», enfatizó.
Aseguró que, pese a lo que dicen las encuestas, está «seguro» de que el apoyo que tuvo en las elecciones de 2018, cuando ganó en la segunda vuelta con el 55 % (57,7 millones de votos) «se duplicará» ahora y que garantizará su victoria el mismo 2 de octubre.
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