La devastación causada por el huracán Otis ha sumido a las comunidades de Acapulco en una lucha desesperada por la supervivencia. Armados con machetes y bates, los habitantes de algunos barrios de esta ciudad costera se han visto obligados a tomar medidas extremas para proteger sus hogares de los robos y saqueos que han surgido a raíz de la falta de luz y el desabastecimiento que afectan al puerto mexicano tras el paso del devastador ciclón.

11/01/2023. El huracán Otis, que impactó en la madrugada del pasado miércoles con categoría 5, la máxima de la escala Saffir-Simpson, dejó una estela de destrucción en esta ciudad de 780,000 habitantes que vive principalmente del turismo. Más de 274,000 viviendas y 600 hoteles resultaron gravemente afectados por el embate de la naturaleza.

La desesperación ha llevado a los residentes a tomar la situación en sus propias manos. Han levantado barricadas improvisadas con tejas de lámina y otros escombros que dejó el huracán para impedir que extraños ingresen a sus cuadras. «Como entre nueve y diez de la noche ya está la gente haciendo barricadas para que no vayan a pasar. Jalan lo que está tirado en la calle y con eso mismo levantan los obstáculos», dijo Salvador Chávez, un vecino de uno de los barrios periféricos de Acapulco.

La falta de luz y la escasez de suministros básicos han generado un ambiente propicio para los saqueos en supermercados y tiendas de abarrotes, donde los productos de comida y artículos de higiene son los más codiciados. Algunos residentes han alertado sobre el riesgo de que los disturbios se extiendan a las zonas residenciales y a los pequeños negocios si la ayuda humanitaria no fluye con celeridad. A pesar de los esfuerzos de las autoridades para distribuir agua y productos básicos desde el pasado viernes, muchos pequeños comerciantes siguen temiendo por la seguridad de sus establecimientos. «Muchas tienditas están vendiendo por la puerta, no quieren subir sus cortinas porque las quieren saquear», señaló Chávez.

El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha respondido a la emergencia desplegando miles de militares y marinos para garantizar la seguridad en el puerto. En un intento por disuadir a los saqueadores, algunos residentes han advertido que dispararán al aire por la noche. Además, algunos condominios ubicados en la lujosa Zona Diamante de la ciudad han contratado guardias armados para proteger sus propiedades.

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Hasta el momento, el saldo del huracán Otis se cifra en 46 personas fallecidas, incluyendo un estadounidense, un canadiense y un británico, además de 58 desaparecidos. La cancillería mexicana informó que hasta este martes se han localizado sanos y salvos a 305 extranjeros, lo que refleja los esfuerzos conjuntos de las autoridades para garantizar la seguridad de todos los afectados.

A pesar de la adversidad, se han logrado avances en la restauración de algunos servicios básicos en varias zonas de Acapulco, incluyendo la luz eléctrica y las telecomunicaciones. El Ejército continúa distribuyendo agua y alimentos, y brigadas médicas, con el apoyo de médicos cubanos, prestan atención a los afectados en medio de la crisis.

El huracán Otis ha dejado una profunda cicatriz en el corazón de Acapulco, pero la resiliencia de su gente y los esfuerzos conjuntos de las autoridades y la comunidad están allanando el camino hacia la recuperación. A medida que la ciudad lucha por superar esta catástrofe natural, la solidaridad y la determinación se alzan como la esperanza de un futuro más brillante en este paraíso en la costa del Pacífico mexicano.

Redacción con IA supervisada por periodista de DHH sobre información de excelsior.com.mx