La esperada cumbre entre los presidentes de las dos máximas superpotencias nucleares, Donald Trump y Vladimir Putin, que se celebrara en Alaska, es calificada como un evento de trascendencia histórica. Para el geopolítico Alfredo Jalife, este encuentro marca un punto de inflexión donde se definirá lo que está por venir, no lo que ya sucedió. Contrario a otras visiones, como la del coronel estadounidense John Mearsheimer —a quien Jalife respeta, pero con quien discrepa en la inutilidad de la cumbre—, Jalife postula que la clave de este encuentro no reside en Ucrania, sino en una agenda mucho más profunda y estratégica. La cumbre se realizara en la base militar de Elemendorf-Richardson, al norte de Anchorage, Alaska.

08/14/2025.
Más allá de Ucrania: La verdadera agenda de las superpotencias
La hipótesis central de Alfredo Jalife es clara: Ucrania no es el tema nodal de la cumbre en Alaska, siendo el tópico de menor relevancia. Su destino, según Jalife, ya fue decidido en el teatro de batalla, impulsado por el avance de los misiles hipersónicos rusos, los «Orsniks». La captura del óblast o región de Donesk hasta el río Dniéper, con la posible caída de Pokrovsk —un nodo superestratégico donde Ucrania ha concentrado su ejército de élite—, es crucial, indicando que la «línea Maginot» de Ucrania está cayendo. La guerra, de hecho, ya está casi definida y es irreversible. Jalife sostiene que Ucrania es el «punto de discordia» para Trump porque no quiere cargar con la derrota de una guerra iniciada por los demócratas.
Los cuatro temas clave que, a juicio de Jalife, marcarán la pauta de esta cumbre histórica son:
- El petróleo: Alaska es un estado eminentemente petrolero con un connotado oleoducto, y la presencia de ambos líderes, calificados como «mandatarios petroleros supremos», sugiere que este tema es crucial y podría significar el «entierro de toda la estéril y tramposa Agenda Verde» impulsada por el colectivo Biden y la Unión Europea.
- El tratado START (Strategic Arms Reduction Treaties): Trump ha manifestado su interés en reanudar este acuerdo de reducción de armas estratégicas. Vladimir Putin ha vinculado un posible nuevo START con la resolución del conflicto en Ucrania, presentándolo como una «ventana de oportunidad». Este acuerdo es considerado el único control de armas nucleares existente entre las dos potencias.
- El corredor geoeconómico del estrecho de Bering: Este corredor tiene el potencial de restaurar la relación «impensablemente» dañada entre Estados Unidos y Rusia.
- Las tierras raras: El intercambio generoso de tierras raras y otros minerales abundantes, desde Alaska hasta el Ártico, es una realidad en el «win-win» de Trump y Putin. Este acuerdo también le quitaría a Estados Unidos la presión de la dependencia de China en cuanto a tierras raras.
Se prevé que la entrevista inicial entre Trump y Putin, en la base militar cerca de Anchorage, dure entre una y tres horas, para luego dar paso a una conferencia de prensa conjunta.
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Estrategias en el tablero geopolítico: perspectivas de paz y poder
Desde la visión de Jalife, Vladimir Putin llega a la cumbre con una postura firme y objetivos claros, como evitar que la OTAN se expanda hacia el territorio ruso. Con la ventaja en el campo de batalla y el tiempo a su favor, dada la subida en las encuestas de partidos menos hostiles a Rusia en Europa (como Marine Le Pen en Francia, la posible influencia de Farage en Reino Unido y el AFD en Alemania), a Putin le conviene negociar otras agendas con Trump. Su interés principal es restaurar las relaciones bilaterales y «repartirse el mundo» a través de inversiones conjuntas, especialmente en el Ártico y el estrecho de Bering. La estrategia rusa busca una «interdependencia económica» con Estados Unidos, donde los intereses económicos conjuntos hagan más difícil romper alianzas y fomenten una paz a largo plazo. Rusia busca un «buffer state» para proteger sus fronteras de los despliegues militares de la OTAN.
Por su parte, Donald Trump ha sido el que ha buscado la cumbre. Aunque Jalife percibe que Trump está rodeado de asesores de seguridad nacional (como el general Keith Kellogg, Marco Rubio y Lindsey Graham) que apoyan a Zelenski y a los «tres países bélicos» (Gran Bretaña, Alemania, Francia), la cumbre representa una oportunidad para Trump de escuchar directamente a Putin. La cuestión del «RussiaGate» es interpretada como un «regalo» para Putin, que demuestra que la hostilidad entre ambos países fue «creada» por el «colectivo Obama» con «noticias fake». Trump mismo ha señalado una probabilidad del 75% de éxito en la cumbre, sugiriendo que los temas centrales serán los otros tópicos, no Ucrania.
La Unión Europea y la OTAN son vistas como entes con una postura «antidiplomática» y «dura», actuando como si estuvieran ganando en Ucrania, lo cual es refutado por la realidad del campo de batalla. El secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Besent, ha criticado que Europa y Ucrania no están en posición de hacer demandas a Washington, y Jalife subraya la falta de coordinación y las «voces discordantes» dentro de la Unión Europea (mencionando a Orbán y Fico). La prensa occidental, como Bloomberg y Financial Times, ha mostrado escepticismo o ha intentado «bajar las expectativas» de la cumbre, ya que el «complejo militar industrial» busca continuar con la economía de guerra.
Alfredo Jalife enfatiza la necesidad de un enfoque más allá de las dicotomías caducas de «izquierda» y «derecha» en la era nuclear, abogando por un «humanismo» y una «supervivencia» global. Para él, los tres grandes polos de poder (Estados Unidos, Rusia, China) deben llegar a un acuerdo para evitar una tercera guerra mundial. Kiril Dimitriev ha manifestado que Putin y Trump buscan evitar una tercera guerra mundial, un mensaje que Jalife considera «importantísimo».
Aunque se esperan varias cumbres futuras para concretar acuerdos duraderos —el asesor del Kremlin, Yuri Ushakov, ya había adelantado dos cumbres bilaterales entre EE.UU. y Rusia, y una tercera quizá para definir el devenir de Ucrania—, esta reunión inicial en Alaska es fundamental para «sentar las bases» y buscar una «interdependencia económica» a largo plazo. El «deep state» intentará sabotear los acuerdos, pero no lo tiene todo bajo control, como lo demuestran «jaques» como la investigación sobre Fauci. El silencio estratégico de China y el hermetismo de Wall Street Journal sobre la cumbre también son notados por Jalife.
Redacción de Albitrio Fabrepe para DHH sobre declaraciones de Alfredo Life para radargeopolitico en Youtube
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