Después de años de titulares, audiencias y tensiones políticas, el expresidente Álvaro Uribe Vélez ha sido absuelto por el Tribunal Superior de Bogotá de los delitos de soborno en actuación penal y fraude procesal. El fallo revoca la condena de 12 años de prisión domiciliaria dictada en primera instancia y marca el cierre —al menos judicial— de uno de los procesos más polémicos en la historia reciente del país

10/21/2025. La Sala Penal del tribunal concluyó que no existían pruebas suficientes para demostrar que Álvaro Uribe hubiera instigado el soborno de testigos. La decisión se sustentó en la falta de dolo directo y en la invalidez de interceptaciones telefónicas que habían sido ordenadas por error.
Para sus seguidores, el fallo confirma lo que siempre sostuvieron: que Uribe fue víctima de una persecución política. Para sus detractores, la absolución no borra las dudas ni el impacto institucional del proceso. El caso, que involucró al exparamilitar Carlos Enrique Vélez y a la exfuncionaria Eurídice Cortés, deja una estela de interrogantes sobre el uso del sistema judicial como campo de batalla político
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Aunque el tribunal cerró el caso, aún podría haber un recurso de casación ante la Corte Suprema. Mientras tanto, Uribe recupera su libertad jurídica, pero el debate sobre su legado está lejos de terminar.
Redacción DHH sobre lectura de agencias.
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