“América Latina: transiciones ¿hacia dónde?”
América Latina afronta una nueva crisis socioeconómica con sus sociedades “fatigadas y decepcionadas” por la falta de respuesta a demandas sociales.
Tras ser la región del mundo más afectada por la pandemia, América Latina afronta una nueva crisis socioeconómica con sus sociedades “fatigadas y decepcionadas” ante la falta de respuesta a amplias demandas sociales.
Y ese descontento erosiona las hegemonías electorales y aumenta la volatilidad del voto en un escenario de debilitamiento de las élites políticas.
Son algunas conclusiones del informe anual 2022-2023 de la Fundación Carolina, presentado con el título “América Latina: transiciones ¿hacia dónde?”
“Las sociedades latinoamericanas se encuentran fatigadas, hastiadas, decepcionadas: si la década de crecimiento económico había favorecido la movilidad social y la mejora de los sectores populares, o al menos su empleabilidad (mucha de ella en el campo informal), la reducción o incluso el estancamiento económico, sin un desarrollo adecuado de políticas sociales universales, impidieron la cristalización de mejoras sociales a medio y largo plazo.”
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Así sintetiza la situación de la región la catedrática Esther del Campo, decana de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, y una de los autores del informe.
“La corrupción institucional -añade-, la falta de transparencia, los negocios ilícitos, la inmigración ilegal, el surgimiento o crecimiento de movimientos ideológicos conservadores (…) alentaban dar marcha atrás en algunos logros y derechos sociales conseguidos”.
“América Latina está mostrando un cierto nivel de frustración con la democracia”, comentó, por su parte, el secretario español de Estado para Iberoamérica y el Caribe, Juan Fernández Trigo, en la presentación.
Destacó que uno de los principales motivos de desafección con algunos gobiernos se debe a la emigración masiva, como en Cuba, Nicaragua o Venezuela.
Subrayó que la asignatura pendiente es “el impulso del comercio entre estos países”, apuntando como buen ejemplo la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
“Aspiramos a que América Latina sea la región del mundo que más se parece a Europa“, añadió Fernández Trigo en referencia a la necesidad de que exista un estado del bienestar similar al europeo.
El investigador Pablo Stefanoni, redactor del capítulo referido a la situación política de la región, resaltó las victorias electorales progresistas de los últimos tiempos en varios países y la “crisis política del centroderecha” y el “menor entusiasmo ideológico” de la sociedad.
En el caso de Chile, matizó, “la derrota” en referéndum de la propuesta de nueva Constitución “nos habla de cómo las demandas de cambio se solapan con otras demandas de orden y estabilidad”.
Campo, a su vez, confesó que, cuando escribió su capítulo (“Tiempos cruciales para las sociedades latinoamericanas”) tenía una visión “muy pesimista”, pero ser consciente de que se está en un tiempo crucial “es algo decisivo y necesario para América Latina”.
La agenda emergente de las mujeres en Latinoamérica se trata en el artículo de la investigadora Cecilia Güemes, quien recalcó “el miedo hacia los movimientos de ultraderecha y antiderechos” y las políticas que luchen contra las “brechas internas y externas de movimientos feministas”
El informe promueve “una aproximación más informada a la compleja realidad de América Latina y sus relaciones con España y la Unión Europea”, según incidió, a su vez, el director de la Fundación Carolina, José Antonio Sanahuja.
Con información de EFE.