«En estos momentos en los que el presidente López Obrador llama a los actores económicos y políticos a definirse camino a las elecciones federales del año entrante es indispensable esgrimir lo que ha venido tratando de lograr en materia económica».

Articulo de Carlos Alberto Martinez Castillo. Doctor en Desarrollo Económico y Derecho y Filosofía. El economista.com.

En estos momentos en los que el presidente López Obrador llama a los actores económicos y políticos a definirse camino a las elecciones federales del año entrante es indispensable esgrimir lo que ha venido tratando de lograr en materia económica. A lo largo de la historia económica de México hemos visto lo difícil que resulta la convivencia del Estado con el mercado. Repartir por igual el poder entre ambos ha sido imposible. El dilema no resuelto de las ideologías económicas ha estado precisamente en ubicar en su justa proporción a ambas figuras. Los últimos 36 años nos han enseñado que las economías neoliberales no han sido eficientes en resolver el tema de la redistribución de la riqueza.

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En México no hemos logrado construir una relación sana entre el gobierno y el sector empresarial, en lugar de equilibrio deambulamos entre demasiado Estado en los años 30´s hasta mucho mercado en el neoliberalismo. En el último tuvimos la insana costumbre de entrelazar los intereses económicos con los políticos, desmantelamos al Estado en sus facultades económicas al tiempo que se vendieron cientos de empresas del gobierno en un proceso de privatizaciones sin beneficio real para la sociedad e igualmente grave fue la captura por una sola visión ideológica de instituciones como el INE, Cofece, CRE y CNDH. El llamado “capitalismo de cuates” adquirió fuerza eliminando toda posibilidad de surgimiento de una nueva clase empresarial que quiera el beneficio del país y no propio. El neoliberalismo al que nos llama AMLO a desmantelar sólo benefició a unos cuantos grupos empresariales con ganancias obscenas y descaradamente crecientes sin beneficio social tangible, al mismo tiempo que la visión única e imperativa del libre mercado perneó en todas las áreas de la vida política y social llegando al absurdo de sólo permitir que un puñado de personas de la misma línea de pensamiento fueran las únicas que tuvieran acceso a los medios, foros de opinión y puestos públicos. Lo rescatable ha sido la disciplina monetaria desplegada por Banxico, materias como la fiscal o regulatoria es avance fue insuficiente.

Desde el punto de vista económico, el presidente se ha propuesto desmontar la mafiosa relación que ha venido existiendo entre oligarcas económicos y muchos otros grupos empresariales que han amasado impresionantes fortunas al amparo de venderle bienes y servicios al gobierno. Igualmente, esta administración ha hecho que todos poco a poco comencemos a hacer lo que nos corresponde pagando impuestos. Ambos aspectos no han gustado a grupos, pero a la sociedad en su mayoría la tiene satisfecha. En siguiente paso deberá estar centrado en mejorar las capacidades del gobierno para atender la necesidades de la sociedad en su conjunto, acelerar los procesos distributivos de la riqueza y profundizar en el cambio de paradigma económico. En el proceso electoral estaremos llamados a seguir apoyando la eliminación de un régimen harto corrupto lleno de privilegios para unos pocos quienes ostentan la riqueza, controlan las líneas de pensamiento y se sirven de sus relaciones con gobierno para lograr abundantes riquezas para luego gastarlas en el extranjero.