Argentina: «el riesgo cuca tuvo mucho que ver en el triunfo de Milei»

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El analista político y presidente de la fundación Faro Agustín Laje describió el reciente desenlace electoral con una mezcla de sorpresa y euforia, especialmente ante el inesperado triunfo en la Provincia de Buenos Aires, un resultado que, según admitió, inicialmente creyó que era una burla.

10/27/2025. Lejos de la alegría pasajera, Laje profundizó en el significado de la victoria, argumentando que marca el inicio de una nueva etapa de madurez política para La Libertad Avanza (LLA), caracterizada por la calma y la prudencia.

La derrota de los eufemismos y el “riesgo cuca”

Para Laje, el triunfo se cimentó en diversos factores, incluyendo los errores políticos del gobierno anterior, puestos de manifiesto en la derrota de septiembre. Uno de los puntos clave fue el desdoblamiento de las elecciones, visto como el «gasto de la bala de plata», que terminó por generar el concepto del «riesgo cuca». Este concepto movilizó el terror en la gente que temía volver atrás y que, aunque no se había motivado en septiembre, sí lo hizo posteriormente.

El «riesgo cuca» es la percepción de que existe una amenaza inminente de volver a una situación política anterior, lo cual actuó como un motor de movilización para aquellos votantes que, por miedo, decidieron apoyar una opción para evitar ese regreso.

Además, la elección reveló la fuerza del sistema de boleta única. Laje criticó el uso de eufemismos en el análisis político (como hablar de «aparato pierde su fuerza» o «distorsiones») para no abordar la baja calidad democrática inherente a tratar a la gente «como si fuese ganado» o una «cosa que debe ser acarreada» por punteros políticos.

Otro indicador de la nueva realidad política es el fracaso de las opciones de centro, ejemplificado en que Provincias Unidas solo logró ganar en un distrito (Corrientes). Incluso figuras competitivas como Schiaretti en Córdoba se quedaron cortos, un resultado que Laje reconoció como contraintuitivo. El análisis concluye que la naturaleza de lo político es la libertad, la cual se termina imponiendo como contingencia.

El viraje del discurso y el triángulo de hierro

La euforia del resultado, según Laje, ratifica el rumbo elegido por los ciudadanos. Sin embargo, destacó una diferencia crucial entre el discurso de la victoria anterior y el pronunciado tras este triunfo: el de ahora mostró una «euforia del corazón, pero no del discurso».

Este nuevo tono se basó en la necesidad de «tender puentes». El presidente Milei convocó explícitamente a todos los gobernadores y congresistas no kirchneristas a un diálogo razonable y a la construcción de una alianza políticamente sustentable. Laje interpreta este movimiento como un paso de madurez para el proyecto de LLA, que ahora tendrá que ser prudente tanto hacia afuera como hacia adentro. El discurso presidencial incluso mostró una autocrítica implícita en la manera en que se refirió al Congreso y a los gobernadores.

En cuanto a la estructura de poder interna, el presidente Milei también se encargó de dejar clara la respuesta al presentar a su equipo. El «triángulo de hierro» conformado por Santiago Caputo y Karina Milei fue crucial. La convivencia se había desgastado mucho tras la derrota de septiembre, ya que las derrotas suelen traer fricciones. Sin embargo, se espera que estas fricciones se resuelvan ahora que el presidente fue «muy claro». Laje valoró el rol de Caputo, quien fue responsable de reelaborar la estrategia comunicacional (con un giro importante en las últimas dos semanas) y de los acuerdos con Estados Unidos.

Batalla cultural y el votante joven

Laje sostuvo que la batalla cultural del gobierno está «muy bien posicionada». Esta batalla, definida como el arte de explicar lo que ocurre para que la población interprete su propia realidad, explica por qué un electorado castigado económicamente acompaña a LLA.

Frente a esto, el kirchnerismo no ha logrado elaborar un discurso nuevo, recurriendo a «manotazos de ahogado», como revivir la dicotomía de la patria frente al imperialismo yanqui, o discursos ya desgastados sobre feminismo y género. El discurso opositor terminó por ofrecer simplemente un «no» a todo (no a Trump, no al ajuste, no a Milei).

Respecto a las formas polémicas de LLA, Laje recordó que el cambio venía dándose antes, con el presidente comprometiéndose a dejar de insultar. Sin embargo, Laje minimizó la importancia de la agresividad en redes, señalando que los algoritmos la estimulan y que la verdadera violencia es física. Afirmó que la militancia más dura de LLA continuará con su estilo (insultos, destrato) porque es parte de su esencia antiestablishment. Además, LLA atrae fuertemente a los jóvenes: una encuesta de Atlas Intel en Bloomberg mostró que el 54% del votante entre 16 y 24 años acompañó a LLA. A un sector etario al que le gustan estas formas, no se le pueden cambiar.

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La agenda ideológica: el aborto

Finalmente, Laje abordó la agenda ideológica, destacando que Javier Milei es un presidente provida y no ha instrumentalizado esta causa. Aunque muchos sectores provida se preguntan por qué la ley de aborto no fue derogada, Laje explicó que los números actuales en el Congreso (98 diputados propios y 19 senadores) no son suficientes para lograr la derogación sin construir una mayoría y alianzas.

Señaló que, históricamente, el PRO fue un partido mayoritariamente provida (aproximadamente el 75% de sus diputados votó en contra de la ley), aunque criticó que su líder, Mauricio Macri, utilizara este debate para «tapar un problema político y económico» en su momento. En contraste, uno de los primeros movimientos de Milei al ganar fue disolver el Ministerio de Género.

Redacción libre de Tony Romero para DHH sobre video en YouTube.

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