La escalada de tensiones entre Estados Unidos y Venezuela alcanzó un nuevo punto álgido este miércoles, cuando dos bombarderos estratégicos B-52 Stratofortress de la Fuerza Aérea estadounidense sobrevolaron el mar Caribe muy cerca del espacio aéreo venezolano. El movimiento, que portó una gran carga simbólica, coincidió dramáticamente con el despliegue de operaciones de protección del chavismo y un incidente aéreo de índole civil que afectó a migrantes deportados.

10/15/2025. Las aeronaves, identificadas en sitios web especializados como BUNNY01 (61-0010) y BUNNY02 (60-0052), fueron detectadas volando dentro de la Región de Información de Vuelo (FIR) de Maiquetía. Reportes de seguimiento aéreo civil indicaron que los bombarderos realizaron patrullas circulares sobre el Caribe, llevando su ruta a las proximidades del archipiélago de Los Roques y las islas La Orchila y Gran Roque, áreas donde Venezuela mantiene instalaciones militares. La visibilidad pública del trayecto fue interpretada como un mensaje claro de alcance y preparación estratégica.
Fuentes militares estadounidenses, si bien el Pentágono no emitió comentarios oficiales, señalaron que el perfil de vuelo es habitual y se corresponde con misiones de entrenamiento y disuasión de largo alcance. Estas misiones se originan comúnmente en bases del Comando Aéreo Global, como la Base Aérea Barksdale en Luisiana, operando bajo el marco del Comando Sur (USSOUTHCOM).
El pulso en el aire y en tierra
La incursión aérea se produjo en un contexto de máxima tensión entre Washington y Caracas, desatada por el despliegue de tropas estadounidenses en el mar Caribe iniciado el 14 de agosto.
Previamente, la administración de Donald Trump había anunciado el bombardeo de al menos seis lanchas frente a las costas venezolanas, bajo la presunción de transportar drogas. Aunque inicialmente el Gobierno venezolano negó los ataques, ahora los reconoce, pero asegura que las víctimas—más de 20 personas en total, con al menos seis muertes confirmadas—eran pescadores, no narcotraficantes.
Como respuesta al movimiento estadounidense, registros aéreos indican que inmediatamente después de que los bombarderos se alejaron, un avión F16 venezolano despegó de la Base Aérea El Libertador, en el estado Aragua, para sobrevolar la FIR. Las maniobras de las aeronaves estadounidenses también coincidieron con el despliegue de operaciones de protección del chavismo en las Zonas de Defensa Integral (Zodi) Caracas y Miranda.
El ministro de Interior, Diosdado Cabello, confirmó los preparativos, declarando en la madrugada que, aunque «el país funciona» y las actividades no se paralizaron, «nos estamos desplegando y nos preparamos para defender la patria«.
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El vuelo abortado de los migrantes
Pero la señal más visible de la tensión fue la afectación directa a una operación civil. El sobrevuelo de los B-52H ocurrió el mismo día en que estaba programado el aterrizaje en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía de un avión que transportaba migrantes venezolanos deportados desde Texas.
Según una fuente citada por el diario colombiano El Tiempo, la aeronave estuvo a solo metros de tocar suelo antes de que, de manera abrupta, alzara de nuevo el vuelo y saliera de Venezuela, tomando ruta hacia Puerto Rico.
«No fue decisión de Venezuela, fueron ellos (EE.UU.) asumimos que por los bombarderos», comentó la fuente. La coincidencia de los bombarderos y el despliegue militar venezolano con el aborto del aterrizaje subraya la sensibilidad del espacio aéreo caribeño en estos momentos de confrontación.
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