El presidente colombiano Gustavo Petro ha decidido meterse en la polémica que rodea al ícono del reguetón Bad Bunny, quien ha sido blanco de críticas en medios conservadores estadounidenses. Pero Petro no se limitó a un simple tuit de apoyo: propuso un concierto gratuito en Colombia como respuesta simbólica a lo que él considera ataques racistas y clasistas contra el artista puertorriqueño.

10/02/2025. “Bad Bunny representa a los jóvenes latinoamericanos que se expresan desde sus raíces, sin pedir permiso a las élites”, insinuó Petro, convirtiendo al cantante en una figura de resistencia cultural. Para el mandatario, las críticas no son solo musicales, sino políticas: un rechazo al idioma español, a la estética urbana y a la voz de los barrios.
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La propuesta del concierto no es solo un gesto populista, sino una declaración de guerra cultural. Petro convierte a Bunny en estandarte de una juventud que incomoda, que canta en español y que no se ajusta a los moldes anglosajones. En su narrativa, Bunny no es solo un artista: es un símbolo de identidad latinoamericana que desafía los prejuicios globales.
Redacción DHH.
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