En un giro que ha sido calificado como un ataque directo a la libertad de culto, el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha extendido su control hasta los equipajes de los viajeros, prohibiendo formalmente el ingreso de Biblias a territorio nicaragüense.

12/25/2025. Esta medida, que se suma a la restricción de cámaras, drones, periódicos y revistas, ha sido documentada mediante avisos físicos en terminales de transporte y confirmada por diversas organizaciones de derechos humanos.
La palabra bajo llave
La restricción no es una sospecha, sino una realidad palpable en los puntos de acceso al país. Pasajeros de la empresa Tica Bus en Costa Rica y Honduras han reportado avisos donde se detalla que los libros, incluida la Sagrada Escritura, ya no son bienvenidos en las aduanas nicaragüenses. Según representantes de la industria del transporte, estas limitaciones operan desde hace aproximadamente medio año, aunque su visibilidad se ha intensificado recientemente.
Incluso en el Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino, los ciudadanos han denunciado la existencia de advertencias similares. Mientras el discurso oficial tilda estas denuncias de «noticias falsas», usuarios en medios estatales han desafiado al régimen invitándoles a «ver con sus propios ojos» los rótulos en las fronteras.
La respuesta de la iglesia: «Una decisión ridícula»
La reacción eclesiástica no se hizo esperar. Durante la homilía de Navidad, el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, arremetió contra lo que llamó una “ridícula decisión” de la dictadura. Desde el exilio, el jerarca comparó esta medida con las acciones de «poderes oscuros» del pasado que intentaron silenciar el mensaje cristiano.
Báez sostuvo que el régimen exhibe un profundo miedo a la «fuerza y luz de la Palabra de Dios», la cual no llega como una imposición, sino como una invitación a la libertad espiritual. Además, hizo un llamado a los fieles para que no se limiten a la protesta en redes sociales, sino que mantengan viva la fe de manera activa a pesar de la represión.
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Un panorama de persecución religiosa
Este bloqueo a los textos sagrados se enmarca en una ofensiva más amplia contra las instituciones religiosas en Nicaragua:
- Cancelación de personerías: Desde 2018, más de 1,300 grupos religiosos han perdido su estatus legal.
- Control total: El régimen ha utilizado a «pastores sandinistas» para emitir comunicados que intentan simular una libertad religiosa inexistente, omitiendo mencionar la prohibición de las Biblias.
- Condena internacional: Organizaciones como Christian Solidarity Worldwide (CSW) han exigido el levantamiento inmediato de esta prohibición, calificándola de «sumamente preocupante» dentro de un contexto de represión sistemática.
Más allá de los libros, el obispo Báez instó a la población a no ser indiferente ante el sufrimiento de los presos políticos, migrantes y ancianos que enfrentan la crueldad del sistema actual.
Redacción Albitrio Fabrepe para DHH.
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