Por primera vez en casi veinte años, la derecha de Bolivia no solo deja de ser un actor marginal: hoy se perfila como el nuevo eje de poder en las elecciones presidenciales de 2025.

07/04/2025. Con el Movimiento al Socialismo (MAS) en su nivel más bajo de respaldo popular desde la llegada de Evo Morales en 2006, las encuestas revelan un vuelco electoral que podría coronar a dos candidatos de derecha —Samuel Doria Medina y Jorge “Tuto” Quiroga— como protagonistas de la segunda vuelta programada para el 17 de agosto.
Mientras la izquierda intenta recomponerse tras los gobiernos de Luis Arce y la retirada estratégica de Morales, el escenario político revela un agotamiento del modelo estatalista y una creciente demanda ciudadana por reformas liberales, institucionalidad y reactivación económica desde el mercado.
El regreso de viejos rostros, con nuevo discurso
Lejos de representar figuras emergentes, Doria Medina y Quiroga son veteranos de la política boliviana, reciclados bajo una narrativa de “reconstrucción nacional” que apela a las clases medias urbanas, sectores empresariales y votantes desencantados del oficialismo.
Ambos prometen desmantelar el aparato clientelista del MAS, recuperar la confianza internacional y encaminar al país hacia una inserción económica más abierta, mientras mantienen un tono desafiante frente a organismos regionales de corte progresista.
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Un giro geopolítico en juego
El posible triunfo de la derecha no solo altera la dinámica interna: también impacta en el mapa regional. Bolivia podría desmarcarse del eje bolivariano y alinearse con bloques más conservadores, afectando relaciones con países como Venezuela, Nicaragua y Cuba, y acercándose a modelos como Ecuador o Paraguay.
Redacción DHH sobre lectura de agencias
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