Brasil gana tiempo frente al “tarifaço” de Trump, pero la tensión persiste: Lula redobla la defensa comercial

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Empresarios de Brasil intensifican gestiones en EE.UU. mientras el gobierno brasileño navega entre logros diplomáticos y amenazas imprevisibles

07/31/2025. El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva consiguió, al menos momentáneamente, revertir parte de la presión impuesta por la Casa Blanca en el marco de la crisis comercial desatada con Estados Unidos. Aunque se celebran algunos avances, se reconoce que cualquier alivio es provisional, sobre todo ante el carácter volátil e imprevisible del expresidente Donald Trump, figura clave en este conflicto.

Una de las victorias más relevantes fue el aplazamiento por siete días de la entrada en vigor del aumento del 50 % en las tarifas a productos brasileños, originalmente programado para este viernes. Además, se logró excluir artículos estratégicos de la medida, como aeronaves de Embraer y jugo de naranja. El alivio es atribuido al trabajo coordinado entre diplomáticos y empresarios de ambos países, que intentan reducir la politización de un conflicto con raíces comerciales.

El origen del conflicto se remonta al pasado 9 de julio, cuando Trump envió una carta polémica al presidente Lula, vinculando el nuevo paquete arancelario con lo que denominó como una persecución contra Jair Bolsonaro. También arremetió contra las regulaciones a las big techs y aseguró erróneamente que Brasil mantiene superávit comercial con EE. UU. El Itamaraty rechazó formalmente la misiva por considerarla ofensiva.

Sin embargo, este miércoles trajo una señal alentadora: el canciller Mauro Vieira finalmente se reunió con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, en un gesto que el gobierno brasileño interpreta como la reactivación de los canales diplomáticos con Washington tras semanas de tensión.

En paralelo, empresarios brasileños se movilizan para proteger sus exportaciones. Planean reforzar contactos con congresistas republicanos y buscar el respaldo de gobernadores en estados que dependen de insumos provenientes de Brasil. Argumentan que no existe una competencia directa, pues las exportaciones brasileñas hacia EE. UU. consisten en gran medida en materias primas y componentes industriales que no pueden redirigirse rápidamente a otros mercados.

Puedes leer: Trump castiga a Brasil con aranceles del 50% –

Para muchos, lo que está en juego va más allá del comercio. El gobierno Lula teme una escalada en la presión estadounidense, que podría alcanzar incluso al sistema de pagos instantáneos Pix, actualmente bajo investigación en EE. UU. por presuntas prácticas desleales.

“Brasil es soberano”, repite Lula, pero desde su entorno reconocen que el contexto es delicado y que el avance de Trump en el escenario electoral estadounidense podría traducirse en nuevos choques diplomáticos o económicos.

Por ahora, Brasil respira. Pero sabe que el vendaval aún no ha pasado.

Redaccion Albitrio Fabrepe para DHH sdobre lectura de agencias

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