Los líderes del bloque BRICS, compuesto por once naciones del Sur Global y liderado por China y Rusia, concluyeron su XVII Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en Río de Janeiro con un enfático rechazo al proteccionismo comercial y un contundente llamado a la reforma «urgente» de las instituciones de gobernanza global.

La cumbre, que se desarrolló bajo un fuerte dispositivo de seguridad y contó con la participación telemática del presidente ruso, Vladímir Putin, y la ausencia del líder chino, Xi Jinping, así como del presidente iraní Masoud Pezeshkian, se convirtió en un escenario clave para consolidar la voz del Sur Global en los asuntos internacionales.
Firme Rechazo al Proteccionismo y el Avance de Monedas Locales
La declaración final de la cumbre, un documento de 126 artículos, abordó directamente la guerra comercial impulsada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y criticó la «proliferación de medidas restrictivas al comercio», incluyendo el aumento indiscriminado de aranceles y medidas no arancelarias, que amenazan con reducir aún más el comercio global. Aunque evitaron mencionar directamente a Trump o a Estados Unidos en la declaración, el mensaje fue claro contra las «medidas arancelarias y no arancelarias unilaterales que distorsionan el comercio». Expertos como el profesor Paulo Borba de la USP señalaron que era «conveniente evitar una confrontación directa con Trump», quien previamente amenazó al grupo con aranceles del 100% si desafiaban la hegemonía del dólar.
Las críticas también se extendieron a políticas ambientales de la Unión Europea, rechazando «medidas proteccionistas unilaterales, punitivas y discriminatorias bajo el pretexto de preocupaciones ambientales, como regulaciones sobre deforestación». En el ámbito económico, los BRICS reafirmaron su compromiso con avanzar en el comercio utilizando monedas locales entre los once países miembros, que en conjunto representan el 40% del PIB mundial y el 26% de las exportaciones globales. Además, se iniciaron discusiones para establecer una iniciativa de garantías multilaterales para proteger las inversiones extranjeras directas contra riesgos no comerciales en países en desarrollo. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anfitrión de la cumbre, defendió que los BRICS deberían tener un poder de voto en el FMI equivalente al 25%, significativamente superior a su actual 18%, para reflejar su peso económico. Lula criticó que las estructuras del Banco Mundial y del FMI sustentan un «Plan Marshall al contrario», donde las economías emergentes financian a las más desarrolladas.
Puedes leer: En una nueva guerra, la respuesta de Irán será devastadora –
Un Llamado Urgente a la Reforma Global y la Voz de la Sociedad Civil
Más allá de las discusiones económicas, la Cumbre de Río de Janeiro sirvió como plataforma para demandar una reforma profunda de la gobernanza global. La declaración de Río defendió una reforma «urgente» de la ONU y de las instituciones de Bretton Woods, refiriéndose al Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. El presidente de Chile, Gabriel Boric, en su primera participación en la cumbre, hizo un enérgico llamado a «fortalecer el derecho internacional y la cooperación multilateral» y a construir una «gobernanza global más inclusiva, plural y democrática» desde el Sur Global. Boric subrayó la urgencia de la colaboración internacional en desafíos clave como la salud, la lucha contra el crimen organizado, los fenómenos migratorios y el cambio climático, insistiendo en que estos solo pueden abordarse desde una «lógica de cooperación, no de competencia».
Un hecho inédito en esta cumbre fue el reconocimiento oficial y la participación de la sociedad civil organizada. João Pedro Stédile, histórico dirigente del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra de Brasil (MST), presentó ante los líderes una agenda de reformas estructurales propuesta por el Consejo Civil, conformado por más de 120 organizaciones populares de todos los países BRICS. Entre las demandas destacaron la superación de la dependencia a las monedas occidentales, la tributación de los millonarios y el control de capitales en paraísos fiscales como herramientas fundamentales para combatir la pobreza, el hambre y la desigualdad. El Consejo Civil también propuso controlar el sistema especulativo financiero mundial. Stédile extendió su intervención con un llamado a ampliar la adhesión al BRICS a todos los países interesados y expresó un fuerte apoyo a los esfuerzos por «salvar al pueblo palestino del genocidio» y la condena a los ataques contra Irán. La participación de Stédile representa un reconocimiento sin precedentes del papel de los movimientos sociales en la construcción de alternativas al orden financiero internacional, un proceso que se extenderá hasta noviembre de 2025 con futuras reuniones y actividades del Consejo Civil.
Redacción DHH a aprtir de lecturas de agencias
Más historias
Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica: «en el caso de una nueva guerra, la respuesta de Irán será devastadora»
Israel enviará equipo negociador a Qatar antes de la reunión entre Trump y Netanyahu
Los BRICS arrancan en el epicentro de una diplomacia cautelosa ante el rugido de Trump