BUKELE DESMORONA LA DEMOCRACIA LATINOAMERICANA.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, modificó la ley para perpetuarse en el poder lo que vaticina un futuro oscuro para el país y la región entera.
Información de Democracia abierta.
El 15 de septiembre, mientras el Salvador celebraba su día de independencia, el presidente Nayib Bukele dio a conocer su deseo de ser reelegido una vez finalice su primer mandato de cinco años.
Con su anuncio, Bukele se convirtió en el primer presidente del país que buscará la reelección inmediata, amparado por una resolución que modificó la antigua ley que impedía que los mandatarios pudieran gobernar durante dos periodos consecutivos.
Lo anterior sucedió en septiembre de 2021 cuando, en un proceso polémico, los magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema, electos por aliados de Bukele en el Congreso, decidieron que los presidente salvadoreños pueden ser reelegidos tras su primer mandato, si bien la Constitución de El Salvador niega un segundo periodo para cualquier presidente .
Son constantes las denuncias internacionales que acusan a Bukele de violaciones a los derechos humanos, pero esto no impide que el presidente “millenial”, como le apodan algunos, busque una reelección, aunque sea de forma ilegítima.
La forma más sencilla de entender cómo Bukele logró modificar las reglas de juego democrático es volver a los cimientos sobre los que ha construido su poder: eliminando los espacios de contrapeso o de control a su gestión. Biuquele ha buscado una concentración absoluta del poder y controlar el Poder Judicial. Cuando el presidente salvadoreño logró dictar qué magistrados quedaban en la Corte Suprema del país, sentó las bases poara que, hace un mes, éstos decidieran que podía lanzarse pa la reelección. Según interpretan partidariamente estos magistrados, la Constitución del país daría pie a un segundo mandato presidencial consecutivo.
La decisión de Bukele refuerza el carácter autocrático de su gobierno y pone en evidencia su hipocresía; en 2013, seis años antes de llegar al poder, aseguró en un medio nicaragüense que “ningún presidente de El Salvador puede ser reelegido, y eso para garantizar que una sola persona no se mantenga en el poder”.