Hoy, 21 de octubre de 2025, el mundo celebra el centenario del nacimiento de Celia Cruz, la mujer que transformó la música latina y convirtió la salsa en un idioma universal. Nacida en La Habana en 1925, su voz potente y su carisma arrollador la llevaron a conquistar escenarios que, en su momento, parecían inaccesibles para una mujer afro-cubana.

10/21/2025.
Desde sus primeros días con la Sonora Matancera en los años cincuenta hasta sus triunfos en los escenarios de Nueva York y el resto del mundo, Celia Cruz rompió barreras de género, raza y geografía con un solo grito que aún resuena: “¡Azúcar!”.
Su historia es también la de una exiliada que convirtió la nostalgia en ritmo. Tras la Revolución cubana, Celia se estableció en Estados Unidos, donde llevó su música a una escala internacional. En el país que se convirtió en su segunda casa, grabó más de 80 álbumes, muchos de ellos reconocidos con discos de oro, tres premios Grammy y cuatro Latin Grammy. Temas como Quimbara, Bemba colorá y La vida es un carnaval no sólo definieron su carrera, sino que se convirtieron en himnos de alegría y resistencia para generaciones enteras.
El equipo de DHH realizó estos 12 audios para que usted escuche con su propio ritmo todo el legado que nos deja:
Cápsula 1
Cápsula 2
Cápsula 3
Capsula 4
Cápsula 5
Cápsula 6
Cápsula 7
Cápsula 8
Cápsula 9
Cápsula 10
Cápsula 11
Cápsula 12
Pero más allá de los premios, su influencia cultural es incalculable. Celia Cruz abrió camino a las artistas latinas y afrodescendientes en una industria dominada por hombres, mostrando que la fuerza de una voz y la autenticidad de una identidad podían conquistar el mundo. Su estilo único, mezcla de ritmos afrocubanos, guaracha y jazz latino, dio forma a un sonido inconfundible que hoy sigue inspirando a músicos de todos los géneros.
Celia no solo representó la evolución de la música caribeña: encarnó el espíritu de la diáspora latina. En cada presentación, con sus trajes coloridos, su sonrisa inmensa y su energía inagotable, llevó consigo una Cuba libre e imaginada, una patria de tambor y esperanza. En los escenarios de Nueva York, Puerto Rico, México o Madrid, su presencia era un acto de celebración, una declaración de orgullo cultural y un símbolo de resistencia frente al olvido.

A cien años de su nacimiento, su legado sigue vivo. Instituciones como el Smithsonian, el Museo Internacional de la Salsa y la Fundación Celia Cruz mantienen vivo su archivo y su memoria, mientras su imagen sigue apareciendo en sellos postales, murales, musicales y homenajes que cruzan fronteras. Su influencia llega incluso a las nuevas generaciones de artistas urbanos y pop latinos, que reconocen en ella una pionera del mestizaje sonoro que hoy domina las listas globales.
Recordar a Celia Cruz hoy no es un simple acto de nostalgia. Es rendir tributo a una mujer que convirtió la alegría en bandera y la música en identidad. Su centenario invita a celebrar la diversidad, el poder del arte y la capacidad de una voz para unir culturas. Celia Cruz no solo fue la Reina de la Salsa: fue, y sigue siendo, el alma de un continente que aprendió a resistir y a sonreír al ritmo del tambor.
Porque, como ella misma decía, la vida, con todo y sus penas, sigue siendo un carnaval. ¡Azúcar!

Realización completa de Tony Romero para DHH.
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