Chile busca soluciones a la crisis de la migración irregular sin agravar la relación con Bolivia y Venezuela, según afirmó el presidente Gabriel Boric durante su visita a la región de Tarapacá, en el norte de Chile, donde ingresan gran cantidad de migrantes, especialmente venezolanos.

Chile busca soluciones a la migración irregular sin agravar la relación con Bolivia y Venezuela, según afirmó el presidente Gabriel Boric durante su visita a la región de Tarapacá, en el norte de Chile, donde ingresan gran cantidad de migrantes, especialmente venezolanos.

Boric destacó la importancia de trabajar con todas las herramientas que otorga el derecho internacional para abordar este fenómeno, que ha sido muy difícil de manejar, y subrayó que tanto Bolivia como Venezuela tienen un rol importante que jugar en el proceso.

Desde hace mas de 20 dias, el gobierno chileno ha colocado estrategicamente efectivos militares a lo largo de su frontera superior, para impedir el acceso irregular de migrantes, con un gran numero de bolivianos a la cabeza. Según Boric, ni Bolivia ni Venezuela están recibiendo a los migrantes que Chile quiere devolver, pero el gobierno chileno no busca escalar problemas, sino buscar soluciones a la crisis.

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El mandatario anunció una reunión con gobernantes «amigos» de la región para discutir la migración irregular en el marco de la Cumbre Iberoamericana que se llevará a cabo en República Dominicana el 25 de marzo. En respuesta a las palabras de Boric, el canciller venezolano, Yván Gil, aseguró que Venezuela aún no ha recibido solicitud de trabajo coordinado con el Gobierno de Chile respecto a supuestas deportaciones de venezolanos, y que la coordinación en esta materia ha sido un clamor de ellos, así como la exigencia de respeto a los derechos humanos de sus compatriotas.

Por su parte, la cancillería boliviana afirmó que el procedimiento de reconducción al que se refiere el presidente Boric es una normativa chilena que no genera ningún tipo de obligación internacional. En definitiva, el gobierno chileno busca soluciones a la migración irregular sin afectar la relación con Bolivia y Venezuela, y espera trabajar en conjunto con otros países de la región para abordar este difícil fenómeno.