Las cifras de ingreso irregular de migrantes a Chile han alcanzado niveles preocupantes en lo que va del año, según datos proporcionados por la Policía de Investigaciones (PDI) al Observatorio de la Migración Responsable. Hasta agosto de este año, se han registrado 34,543 ingresos a Chile de forma ilegal o irregular, es decir, sin la documentación requerida. Estos datos han generado preocupación y un llamado de atención a las autoridades sobre la eficacia de las políticas de control migratorio en el país.

09/26/2023. El Observatorio proyecta que la cifra podría superar los 50,000 ingresos irregulares para finales de este año, una cifra alarmantemente similar a los registros de los dos últimos años. Esta tendencia al alza en la migración irregular está generando preocupación y cuestionamientos sobre las políticas migratorias vigentes en Chile.

Según el estudio del Observatorio, en 2021, año en que entró en vigor la nueva ley de migraciones, la cifra de ingresos irregulares se triplicó, pasando de poco más de 16,000 en 2020 a 56,856 en 2021. En 2022, se registraron 53,875 ingresos irregulares. Esta tendencia al alza ha convertido la migración irregular en un fenómeno persistente en Chile.

La migración irregular no es un fenómeno nuevo en el país, pero desde 2010 hasta 2021, la cifra se disparó exponencialmente. La ley de migraciones promulgada en abril de hace dos años, bajo la administración del presidente Sebastián Piñera, exige que los extranjeros obtengan visas en los consulados chilenos de sus países de origen para evitar que ingresen como turistas y cambien su calidad migratoria para buscar empleo.

En cuanto a las expulsiones de extranjeros, la PDI informó al Observatorio que este año se han concretado 187 deportaciones «por ingreso clandestino o tener antecedentes penales en el país de origen». Estas cifras contrastan con las 31 expulsiones registradas en 2022 y las 246 en 2021. Estos números reflejan el creciente desafío que enfrenta Chile para controlar la migración irregular y mantener la seguridad en sus fronteras.

El informe de la PDI se basa en la detección del ingreso irregular de migrantes durante fiscalizaciones o en reportes de los propios extranjeros que intentan regularizar su situación o acceder a servicios sociales. Esto pone de manifiesto la urgente necesidad de abordar el problema desde múltiples perspectivas, incluyendo la prevención y la mejora de los procedimientos de control en las fronteras.

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Chile ha estado lidiando con una crisis migratoria desde 2021, que ha afectado principalmente a las regiones del norte del país. Pequeñas localidades fronterizas, como Colchane, han experimentado un colapso debido al flujo constante de migrantes, y lamentablemente, en los últimos años, decenas de personas han perdido la vida intentando ingresar a Chile por rutas clandestinas.

La mayoría de los extranjeros que llegan a Chile provienen de países como Venezuela, Perú, Haití y Colombia. Este flujo migratorio diverso y creciente plantea desafíos significativos para el país en términos de integración, servicios públicos y seguridad.

En un intento por abordar el problema, Chile inició un despliegue militar en puntos críticos de la frontera con Perú y Bolivia a fines de febrero de este año. Este despliegue tenía como objetivo aumentar el control del ingreso irregular de migrantes en una zona particularmente afectada por esta problemática.

En resumen, las alarmantes cifras de ingreso irregular de migrantes a Chile plantean un desafío significativo para las autoridades del país. La tendencia al alza en los últimos años y la falta de control en las fronteras requieren una revisión y posiblemente una reforma de las políticas de migración y seguridad fronteriza. La situación actual exige una respuesta integral que aborde tanto las causas como las consecuencias de este fenómeno migratorio en constante evolución.

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