En las paradisíacas playas de Bali, los grandes líderes del mundo tienen un solo objetivo en esta cumbre del G20: frenar la guerra de Rusia y Ucrania para salvar la economía, finalizar la crisis energética y evitar que una hambruna se generalice en los países del sur, al ritmo de la inflación y la falta de alimentos. Justo cuando Rusia iniciaba un brutal ataque este mismo martes a varias ciudades ucranianas, incluida Kiev.

El presidente francés Emmanuel Macron y el primer ministro británico Rishi Sunak lo pidieron en sus discursos. Macron llamará al presidente ruso Vladimir Putin en las próximas horas, al final de la cumbre, para mantener conversaciones, luego de que el ruso se ausentará oficialmente “por razones de agenda», pero especialmente por temor a ser asesinado.

El jefe de estado francés pidió al presidente chino Xi Jinping que llame a Putin  para que se reanuden las negociaciones.

“Poner fin a la guerra en Ucrania sería «transformador» para la economía mundial” dijo el premier británico Sunak, en su primer gran discurso internacional ante los lideres del G20.

Rishi Sunak ha reconocido que la reputación de Gran Bretaña «recibió un pequeño golpe» durante el caos de liderazgo de los últimos meses en el reino.

En un día en el que se enfrentó a Rusia cara a cara por primera vez, el primer ministro británico dijo que quería desempeñar un papel de liderazgo en la solución de problemas globales claves mientras suavizaba su lenguaje sobre China.

Sunak fue visto frunciendo el ceño al canciller ruso Sergei Lavrov, en la sesión de apertura de la cumbre del G20 en Bali, donde se sentó directamente frente al ministro de Relaciones Exteriores de Rusia.

El primer ministro dijo que el G20 condena las acciones de Rusia en Ucrania.

En el evento, donde espera hablar con el presidente chino Xi, Sunak calificó a China como un “desafío sistémico a nuestros valores”. Pero no llegó al lenguaje más duro favorecido por su predecesor, Boris Johnson.

Sunak aprovechó el inicio de la cumbre para presionar a Lavrov, quien reemplaza a Putin en el G20, diciendo que la inflación mundial y los problemas económicos “empeoraron mucho, mucho, por las acciones de Rusia”.

En su propio discurso, Lavrov intentó trazar lo que el No. 10 denominó «falsos paralelos» entre sus propias acciones y las de Gran Bretaña. En un momento cuestionó cómo reaccionaría Sunak si Irlanda prohibiera hablar inglés.