En medio del mar Caribe, bajo el sol implacable y el rugido de helicópteros militares, un joven ecuatoriano vivió lo impensable: sobrevivió a un ataque armado de Estados Unidos contra una embarcación civil. No era un criminal. No era un objetivo. Era un padre. Version libre de DHH sobre nota de CNN.

10/23/2025. La embarcación en la que viajaba fue interceptada por fuerzas estadounidenses en una operación que, según Washington, tenía como fin combatir el narcotráfico. Pero entre los disparos y el caos, quedó claro que no todos a bordo eran delincuentes. Uno de ellos, herido pero con vida, logró contar su historia.
“Mi esposo no es un criminal, es un padre”
Desde Ecuador, su esposa rompió el silencio con una frase que desarma cualquier narrativa oficial: “Mi esposo no es un criminal, es un padre”. Con esa declaración, convirtió una operación militar en un drama humano. Él no huía de la ley, huía de la pobreza. No llevaba armas, llevaba esperanza.
El caso ha encendido alarmas en organismos de derechos humanos. ¿Fue un error de inteligencia? ¿Un uso desproporcionado de la fuerza? ¿O una muestra de cómo la guerra contra el narcotráfico puede devorar vidas inocentes?

Puedes leer: nota original de CNN He survived a US military boat strike. Despite a drug record, his family says he’s a fisherman caught in Trump’s war at sea
Este joven ecuatoriano se ha convertido en símbolo de una tragedia mayor: la de miles de migrantes y civiles atrapados entre fronteras, radares y balas que no distinguen entre culpables e inocentes. Su historia no es solo una denuncia, es un llamado urgente a revisar las reglas del juego.
Redacción DHH sobre información de CNN.
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