El gobierno de EE.UU. ha ordenado el despliegue de militares en el sur del Caribe para combatir el narcotráfico, en lo que se considera el paso más agresivo hasta ahora en la intensificada campaña contra los cárteles. Esta acción forma parte de una nueva política de la Administración del presidente Donald Trump, que en febrero designó a cárteles de droga y grupos armados al margen de la ley en México y Venezuela como “organizaciones terroristas”.

08/15/2025. El Departamento de Defensa de EE. UU. confirmó el envío de fuerzas aéreas y navales al sur del mar Caribe. Esta decisión, ratificada por el secretario de Estado, Marco Rubio, se basa en una orden secreta firmada por el presidente Trump que autoriza el uso de fuerza militar contra grupos designados como organizaciones terroristas globales. Según fuentes del Pentágono, el despliegue busca combatir grupos criminales considerados responsables del flujo de estupefacientes, especialmente cocaína y fentanilo, hacia Estados Unidos. Una de las fuentes aseguró que este movimiento está dirigido a abordar las amenazas a la seguridad nacional de EE. UU. procedentes de organizaciones narcoterroristas especialmente designadas en la región.
Detalles del Despliegue y Recursos Asignados Más de 4.000 infantes de marina y miembros de la Armada han sido enviados a las aguas que rodean América Latina y el Caribe. El despliegue incluye al Iwo Jima Amphibious Ready Group (ARG) y a la 22ª Unidad Expedicionaria de Marines, que se suman al Comando Sur de EE. UU. (SOUTHCOM). Además, el Pentágono ha asignado a la zona un submarino de ataque nuclear, aviones de reconocimiento P-8 Poseidon, varios destructores y un crucero con misiles guiados. La Armada estadounidense confirmó el despliegue del USS Iwo Jima, el USS Fort Lauderdale y el USS San Antonio, buques del grupo anfibio.
Aunque se ha indicado que esta medida es principalmente un «show de fuerza» por ahora, proporciona al presidente Donald Trump un amplio abanico de opciones militares. Sin embargo, fuentes de defensa expresaron preocupación por la participación de los marines en interdicciones de drogas, ya que no están entrenados para esa labor, lo que requeriría un apoyo sustancial de la Guardia Costera. Estos nuevos recursos estarán bajo el mando del Comando Sur y permanecerán en la región durante varios meses.
Cárteles y Acusaciones Específicas La Administración Trump impuso la calificación de organizaciones terroristas globales al Cártel de Sinaloa de México junto a otras bandas de narcotraficantes, así como al grupo criminal venezolano ‘Tren de Aragua’ en febrero. Esta nueva directriz tendría un impacto especial en México y Venezuela.
El gobierno estadounidense también ha intensificado la presión sobre Venezuela. Ofreció una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca al arresto de Nicolás Maduro, a quien acusa de ser el líder de una organización criminal conocida como el Cártel de los Soles y de colaborar con otros grupos delictivos. El Cártel de los Soles fue incluido en la lista de grupos terroristas globales (Foreign Terrorist Organizations, o FTO), con la afirmación de que es dirigido por Maduro y otros altos cargos de su Gobierno.
La fiscal general estadounidense, Pam Bondi, calificó a Maduro como «uno de los mayores narcotraficantes del mundo y una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos«, afirmando que «Maduro utiliza organizaciones terroristas extranjeras como Sinaloa y el cartel del Sol para introducir drogas letales y violencia en nuestro país«. La Administración de Control de Drogas (DEA) ha incautado 30 toneladas de cocaína vinculadas con Maduro y sus socios, representando una fuente principal de ingresos para los cárteles con sede en Venezuela y México. Marco Rubio también ha cuestionado la legitimidad de Maduro, afirmando que «Maduro es el jefe del cartel de Los Soles, una organización narcoterrorista que se ha apoderado de un país».
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Objetivos Estratégicos y Reacciones La lucha contra los cárteles de la droga ha sido un objetivo central de la Administración Trump, parte de un esfuerzo más amplio para limitar la migración y asegurar la frontera sur de Estados Unidos. Una orden ejecutiva firmada por Trump indicaba que los cárteles han emprendido una «campaña de violencia y terror» en todo el hemisferio occidental, desestabilizando países y «llenando a Estados Unidos con drogas mortales, criminales violentos y pandillas viciosas».
El gobierno de Venezuela ha reaccionado con un llamado a la unidad nacional y descartando la legalidad de las acciones estadounidenses. El ministro del Interior y Justicia, Diosdado Cabello, pidió «lealtad nacional y unidad patriótica» y se refirió a las medidas estadounidenses como «arremetidas del imperialismo«. Por su parte, la vicepresidenta Delcy Rodríguez calificó las declaraciones de Trump como «amenazas directas de intervención militar» y acusó a Washington de tener una «obsesión» por mantener el control del hemisferio.
Este refuerzo militar se suma a acciones previas, como el despliegue de destructores estadounidenses en marzo en áreas cercanas a la frontera con México para respaldar la misión de seguridad fronteriza del Comando Norte. El secretario de Defensa Pete Hegseth había establecido como prioridad «sellar nuestras fronteras, repeler formas de invasión, incluido el tráfico de narcóticos y personas, y deportar a inmigrantes ilegales«. El documento también solicitó «opciones militares creíbles» para garantizar el acceso de EE. UU. al Canal de Panamá.
Redacción DHH sobre lectura de agencias
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