Se prevé que cobre más víctimas después de haber dejado encerradas en sus casas a miles de personas por la nieve y los cortes de electricidad.

La tormenta Elliot no tiene precedente: se extiende desde los Grandes Lagos, cerca de Canadá, hasta la frontera con México con temperaturas de 20 grados bajo cero en el centro y en el norte del país. Seis de cada 10 norteamericanos pasaron la Navidad bajo esta advertencia climatológica con temperaturas por debajo de lo normal.

Unos 1.700 vuelos nacionales e internacionales fueron cancelados ayer. En términos técnicos se produjo una ciclogénesis explosiva, en la que la presión atmosférica cae muy rápido durante una tormenta. La tormenta desató toda su furia en Buffalo, Nueva York, con vientos de 65 kilómetros por hora y una intensa nevada que paralizó los servicios de emergencia.

La nieve acumulada superó el metro de altura. Algunas de las muertes se debieron a la tardanza del personal médico en llegar al rescate por la dificultad de movilizarse. En otros casos se produjeron por congelamiento dentro de los vehículos o en las bancas de plazas.