Al menos 73 muertos en un cambio climático histórico que arrasa el este de España
Al menos 73 muertos se ha cobrado la Depresión Aislada en Niveles Altos, DANA que arrasó este martes el este de España. Valencia es la provincia más afectada. La Generalitat ha elevado la cifra provisional de fallecidos a 70. Además, una mujer ha fallecido en Mira (Cuenca) y otra persona en Letur (Albacete), donde los servicios de emergencias buscan a cinco desaparecidos.
10/30/2024. Se ha confirmado también la muerte de una persona en Málaga, la primera en Andalucía. A ellos se suman los centenares de personas atrapadas en sus casas, trabajos o carreteras, tras ser sorprendidos por las riadas provocadas por las lluvias torrenciales. Según ha informado Emergències 112, «continua el proceso de levantamiento e identificación de las víctimas».
La DANA atravesó ayer como un puñal diagonal el centro de la Comunidad Valenciana y la provincia de Albacete, con graves efectos también en zonas de Málaga y la Andalucía Oriental. El temporal seguirá hoy activo. Pero, mientras tanto, el agua, esperada y deseada en muchos puntos del litoral este español, ha tenido efectos devastadores en buena parte del interior de Valencia y su entorno metropolitano. El daño ha sido especialmente reseñable en las comarcas de Requena-Utiel, la Hoya de Buñol y la Ribera, y en los municipios en el flanco sur de la capital valenciana.
Una vez más, como cantaba Raimon, no supo llover a este lado del Mediterráneo. «Hay cuerpos sin vida y, desgraciadamente, siguen apareciendo», confirmaba el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, en una primera comparecencia pública pasada la medianoche en la que no dio más datos por respeto a las familias. A primera hora de esta mañana, la Guardia Civil lanzaba una primera cifra de víctimas con trece fallecidos, que poco después se elevaba ya a 51 en Valencia y posteriormente a 62.
El Cecopi, el centro de coordinación de emergencias que aglutina a los servicios de distintas administraciones en la Comunidad Valenciana, ha puesto en marcha el Procedimiento de Múltiples Víctimas y Mazón comunicó que se ha habilitado la Ciudad de la Justicia de Valencia para poder recepcionar los cuerpos de los fallecidos. Se siguen buscando desaparecidos y la Generalitat ha habilitado un teléfono para que las familias puedan comunicar la identidad de las personas a las que no encuentran.
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El Gobierno central ha creado un comité de crisis y los ejecutivos de otras autonomías se han ofrecido para prestar medios y colaborar en los rescates, desescombros y reconstrucción. Los expertos equiparan esta gota fría con las que sufrió Valencia en 1982 y 1987, como una de las más devastadoras del último medio siglo.
Los vídeos corren como la pólvora en los grupos de WhatsApp. La cimentación desnuda de un edificio envuelto en un torrente de aguas marrones en el centro de la población albaceteña de Letur, en una zona en la que las predicciones de inundación apenas auguran un desbordamiento cada cien años; los ataúdes al descubierto tras desplomarse un muro lateral en el cementerio de Requena; una pasarela peatonal metálica de cien metros de larga engullida en un segundo y medio por la lengua de agua a su paso por el barranco del Poyo (habitualmente seco) en Picanya, en el área metropolitana de Valencia; un camionero emitiendo en directo cómo un tornado tumba camiones y remolques en la autovía A-7 a su paso por Algemesí y Alginet. «¡Me he cagado encima!», repite varias veces.
Es pronto para hacer balance de daños, pero esta mañana eran visibles los destrozos sobre edificios, travesías, algunas infraestructuras y bienes personales como cientos de vehículos, viviendas o locales comerciales, además de naves industriales en polígonos. «Ahora solo se habla de coches. Espero que mañana no aparezcan muchos muertos», vaticinaba una residente valenciana. Al menos siete personas estaban desaparecidas y algunos medios como Las Provincias informaban anoche de un primer fallecido en Massanasa, un hombre que había quedado atrapado en el ascensor al intentar acceder al garaje inundado de su residencia. Los Servicios de Emergencias del 112 de Castilla-La Mancha habían adelantado a media tarde que se buscaba al menos a dos personas, empleados municipales, aunque avanzaban la posibilidad de que hubiese más desaparecidos.
Con descargas superiores a los 300 litros por metro cuadrado, la situación se hizo especialmente preocupante en la ribera del río Magro, afluente del Júcar. Desbordado el cauce a la altura de Utiel, varias viviendas quedaron inundadas con el agua cubriendo hasta una primera altura en el barrio de La Fuente. Allí tuvieron que intervenir efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y del Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia para realizar rescates de personas atrapadas en las plantas superiores de sus casas, hasta el nivel del agua comenzó a descender al entrar la noche.
Fue solo el principio de lo que iba a ocurrir. Toda esa acumulación de lluvia en el interior inició el descenso por cauces y barrancos hacia la costa. Era previsible que el pantano de Forata fuese incapaz de recoger y contener todo ese caudal, y así fue. A las siete y cuarto de la tarde ya superaba su capacidad de 37 hectómetros cúbicos. Paradojas del clima. Unas horas antes, apenas acumulaba cinco hectómetros, el 13,5% de su capacidad. De testigo privilegiado de la pertinaz sequía a embalse empequeñecido por el aluvión de agua. Mazón informó de que el nivel había comenzado a bajar pasadas las doce de la noche. Pero sin posibilidad de sostener la riada que venía de arriba, se produjo un fenómeno que recuerda, aunque no es igual, al que en 1982 vivió la provincia de Valencia con la fractura de la presa de Tous.
Los sistemas del Turia y el Júcar no daban abasto y cuando no tocaban las nueve de la noche los torrentes comenzaron a arramblar coches, árboles y mobiliario urbano por poblaciones metropolitanas del L’Horta Sud, reventando los alcantarillados. Alfafar, Sedaví, Aldaia… El centro comercial Bonaire inundado, el aparcamiento de Ikea anegado. Un metro subía el agua en Benetússer. El nuevo cauce del Turia, concebido tras la trágica riada de 1957 de Valencia en el marco del Plan Sur para soportar este tipo de avenidas y desviarlas del cauce urbano, se quedó pequeño. Hasta el mar llegó el aluvión, tras desbordarse el barranco del Poyo en las pedanías valencianas de La Torre y el Horno de Alcedo. En la Pista de Silla, entrada sur al casco urbano de Valencia, la gente saltaba de sus coches para subir a lugares elevados y ponerse a salvo de la crecida del agua en pleno atasco. «Andando. Luego corriendo. A mí me ha sacado un guardia con el agua por la cintura», relata uno de los afectados a El Confidencial. Miedo, mucho miedo.
Por primera vez, una estridente y desconocida alarma sonó pasados pocos minutos de las ocho de la tarde en los teléfonos de cientos de miles de personas geolocalizadas en la provincia de Valencia. Era la señal invasiva de alerta de Protección Civil. Pedía evitar los desplazamientos por precaución. Pero para las miles de personas que habían quedado atrapadas en coches y camiones durante horas en la A-3, cortada en ambos sentidos a la altura de Requena, ya era tarde. La misma situación se producía en la V-30. Esta demora en el aviso provocaba las primeras críticas en redes sociales. Al cierre de esta edición seguían dentro de sus vehículos, atenazados por la humedad y el frío. Larga noche.
A los cientos de colegios e institutos cerrados y con las clases canceladas, se sumaron las anulaciones de ayer por la tarde de los tráficos de ADIF en las zonas afectadas, básicamente el corredor Madrid-Valencia. También Cercanías y Metrovalencia han cancelado rutas. Son miles de pasajeros afectados. Las pistas del Aeropuerto de Manises han quedado igualmente inundadas, con pasajeros atrapados en la terminal.
Hay carreteras cortadas por toda la provincia de Valencia. Las vías de comunicación se han visto especialmente afectadas por las avenidas. Como consecuencia de los efectos de las riadas, un tren Talgo de alta velocidad de Renfe que cubría la ruta Málaga-Madrid sufrió ayer por la tarde el descarrilamiento de un bogie de la cabina delantera a su paso por Álora. Los 291 pasajeros tuvieron que ser trasladado en otro convoy.
El Gobierno central ha constituido un comité de crisis para el seguimiento de los efectos de la DANA en el litoral mediterráneo y Albacete, al objeto de coordinar los trabajos de respuesta y asistencia por este fenómeno, según informó el Ejecutivo. Por su parte, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, reclamaba prudencia y pedía confianza en la capacidad de respuesta del servicio de emergencias del 112, tras la aparición de rumores de una posible caída y colapso del servicio.
Tras solicitarlo el comité de empresa, la factoría de Ford Almussafes, ubicada en la comarca valenciana de la Ribera, una de las más inundadas, acordaba la suspensión del turno nocturno y la jornada de hoy, para evitar los desplazamientos a sus trabajadores. Muchas otras fábricas y empresas pararán hoy. No tardarán en llegar las primeras especulaciones sobre los daños económicos. Habrá que calcularlos. Serán millonarios. Muchos municipios han amanecido como zona catastrófica tras una DANA que ya ha sido calificada de histórica. Otra más en una lista que comienza a ser demasiado larga.
Con información de elconfidencial.com