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Francisco designó al 80% de los cardenales para que su sucesor no dé marcha atrás en la modernización de la Iglesia

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Sabido es que en el cónclave «quien entra Papa, sale cardenal», esto es, que en el procedimiento para elegir al sucesor de Francisco, muerto el lunes, no hay favoritos. De hecho, cualquier hombre bautizado puede, teóricamente, ser elegido Papa, aunque desde 1378, solo cardenales han sido nombrados Sumos Pontífices.

04/21/2025. De los 135 cardenales electores, esto es, menores de 80 años, 108 han sido ‘creados’ por el difunto Papa y más de medio centenar son europeos. Francisco se ha distinguido en esto de sus predecesores: en 12 años de Papado, ha celebrado más consistorios que Juan Pablo II, quien solo hizo 9 en sus 25 años al frente de la Iglesia. Tanto el Papa Wojtyła como su sucesor, Benedicto XVI, solían incluir también a personas no afines a ellos. Francisco escogió mayoritariamente a quienes compartían sus prioridades pastorales.

Sabido es que en el cónclave «quien entra Papa, sale cardenal», esto es, que en el procedimiento para elegir al sucesor de Francisco, muerto el lunes, no hay favoritos. De hecho, cualquier hombre bautizado puede, teóricamente, ser elegido Papa, aunque desde 1378, solo cardenales han sido nombrados Sumos Pontífices.

Así que es difícil que el sucesor del actual Pontífice sea alguien opuesto a su línea reformista. Además, la norma es que el elegido debe recoger los dos tercios de los votos del sacro colegio cardenalicio. Ambas realidades sugieren que habrá más continuidad que ruptura.

Desde ahora, hasta que sean encerrados con llave (etimología de cónclave) en la Capilla Sixtina en quince días, se celebrarán en el Vaticano las llamadas congregaciones generales en las que pueden participar todos los cardenales —electores o no— para establecer un balance de la situación de la Iglesia. En uno de estos encuentros, tras la renuncia por sorpresa de Benedicto XVI en 2013, el cardenal Bergoglio destacó por su análisis claro y su carisma poderoso. 

Así que los nombres que les propongo a continuación son personalidades notables entre los príncipes de la Curia. ¿Papables? Quizá. Sea como fuere, cada uno de ellos tendrá un papel clave en la elección del próximo obispo de Roma. 

Puedes leer: Este es el testamento del papa – Dehablahispana

Pietro Parolin, 70 años, italiano

Su nombre es mencionado por todos. Secretario de Estado desde 2014, esto es, primer ministro. Veterano diplomático, debe conocer bien la Iglesia latinoamericana, ya que fue embajador en Venezuela. Continuaría la tradición de Francisco pero con tono más diplomático. Controla la burocracia vaticana pero carece de experiencia pastoral.

Supervisó el controvertido acuerdo con Pekín para el nombramiento de obispos chinos. «Relacionado —aunque no acusado— con el fracaso de una inversión del Vaticano en el sector inmobiliario de Londres en 2021, que le costó a la Santa Sede decenas de millones», según la agencia Associated Press.

Matteo Zuppi, 69 años, italiano

Pedigrí vaticano: su padre trabajó en L’Osservatore Romano y su madre era sobrina del cardenal Carlo Confalonieri, decano del Sacro Colegio Cardenalicio en los años 60 y 70 del pasado siglo. Arzobispo de Bolonia y elegido en 2022 presidente de la Conferencia Episcopal de Italia, como quería el difunto Papa, del que era un allegado. Pertenece a la Comunidad de Sant’Egidio, muy influyente en el papado de Francisco en el diálogo interreligioso. «Demasiado próximo», en boca del vaticanólogo de Le Figaro, Jean-Marie Guénois.

Formó parte del equipo que negoció el fin de la guerra civil de Mozambique en los años 90 y fue designado por Francisco enviado para la paz en Ucrania tras el ataque de Rusia. Sería un continuador de la labor de Francisco hacia los marginados. Escribió el prólogo de la edición italiana del libro Building a Bridge del jesuita estadounidense James Martin, que versa sobre la necesidad de mejorar el acercamiento a la comunidad LGTBQ+.

Péter Erdő, 72 años, húngaro

Arzobispo de Budapest y primado de Hungría, elegido presidente del Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas en 2005 y 2011, lo que hace suponer que tiene el aprecio de los cardenales europeos, que suman la mitad del cónclave y son, de largo, el mayor bloque de votos.

En calidad de ello, conoce a muchos cardenales africanos, ya que el Consejo Europeo organiza regularmente reuniones con sus pares africanos. Ayudó, además, en las reuniones sobre la familia que organizó Francisco en el Vaticano en 2021 y 2023. Su punto débil sería que es «poco carismático y reputado conservador», según Guénois del diario francés Le Figaro.

Robert Prevost, 69 años, estadounidense

Hasta la mismísima Associated Press considera que «la idea de un Papa norteamericano ha sido siempre un tabú, dado el poder geopolítico que actualmente tienen EEUU. Pero Prevost podría ser el primero». Lo avala su extensa experiencia en Perú, primero como misionero y luego como arzobispo.

Nombrado por Francisco en 2014, permaneció en el puesto hasta que en 2023 el Papa lo reclamó en Roma para ponerlo al frente del poderoso dicasterio (ministerio) de los Obispos. Preside la Comisión Pontificia para Latinoamérica. Cierto que no es “ni latino ni jesuita», aunque sí sería el candidato de la región del mundo con mayor número de católicos. Ser paisano de Trump puede pesar tanto en contra como su ‘juventud’.

Luis Tagle, 67 años, filipino

Francisco llamó a Roma al arzobispo de Manila para que liderara la Oficina de la Evangelización Misionera, que reforzó su peso con la reforma de la burocracia vaticana. Su estrella declinó cuando Francisco lo quitó de la presidencia de Caritas Internationalis, la mayor ONG de la Iglesia.

El Vaticano mencionó «fallos de dirección y procedimiento que perjudicaron el espíritu de equipo y la moral del staff«. Tagle se emociona hablando de su infancia y le gusta mencionar su ascendencia china, de donde procedía su abuela materna. 

Fridolin Ambongo, 63 años, congoleño

El arzobispo de Kinshasa (República Democrática del Congo), es presidente de los obispos africanos y miembro del C8, el grupo de ocho cardenales más próximos al Papa Francisco. Encarnó el rechazo del continente al texto vaticano Fiducia supplicans, que permitía bendecir a las parejas gays sin llegar a administrar el sacramento del matrimonio o formar parte de un ritual litúrgico. «Demasiado para África», tronó en la misma Roma, Ambongo.

Robert Sarah, 79 años, guineano

Considerado el mejor candidato para llegar a ser el primer Papa africano, fue puesto por Francisco al frente de la comisión de liturgia. En 2016 se mostró favorable a abolir una de las reformas del Concilio Vaticano II, proponiendo que los sacerdotes volvieran a celebrar misa de cara al altar y no mirando a los fieles. El Papa lo reprendió y el Vaticano publicó un comunicado oficial diciendo que sus palabras «habían sido incorrectamente interpretadas».

Además, publicó un libro con Benedicto XVI defendiendo el celibato sacerdotal que apareció justo cuando Francisco sopesaba autorizar que se casaran los sacerdotes de la región del Amazonas. Acusado de manipular a Benedicto, fue obligado a retirarse al cumplir los 75. Solo es apreciado por los muy conservadores y marca una línea diferente en el cónclave.

Outsiders

Giovanni Maria Vian, historiador y director de L’Osservatore Romano de 2007 a 2018, el diario oficial del Vaticano, «declinaba entrar en el juego de los pronósticos para el futuro Papa», pero, entrevistado en Le Monde, destacaba dos «personalidades interesantes». El primero es Anders Arborelius, obispo de Estocolmo, «nacido en Suiza en una familia luterana, convertido al catolicismo, políglota, preparado en cuestiones de sexualidad, volcado hacia el ecumenismo, cuya aura supera el cuadro de su pequeña conferencia episcopal».

Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, uno de los últimos cardenales nombrados por Francisco, que «representa a la Iglesia con valor y equilibrio en Tierra Santa en estos tiempos tan difíciles».

Dos cardenales españoles

Entre los ocho cardenales españoles que participarán en la votación del futuro Papa destacan Cristóbal López Romero y François-Xavier Bustillo.

López Romero es arzobispo de Rabat (Marruecos) y es citado por The Economist como ejemplo de ese «cardenal poco conocido con una personalidad magnética que puede emerger como un serio candidato» en el cónclave. Definido como «jovial», es «un cardenal blanco con una archidiócesis africana, tiene la ventaja de sus fuertes conexiones tanto con los dos mundos, el pobre y el rico».

Nacido en Vélez-Rubio, en 1952, salesiano, ha pasado más de 20 años en Sudamérica, principalmente en Paraguay. Sintoniza con el difunto Papa por dos factores: su trabajo con los pobres y los inmigrantes, y el diálogo interreligioso, fundamentalmente con los musulmanes.

Por su parte, François-Xavier Bustillo nació en Pamplona hace 56 años, es obispo de Ajaccio en Córcega (Francia) desde 2021. Franciscano de Padua (Italia), estudió teología en Toulouse (Francia). Fue portada de Paris Match hace un par de años con el título de «el cardenal francés del que todo el mundo habla». Francisco entregó un ejemplar de un libro suyo, publicado originalmente en francés bajo el título La vocation du prêtre face aux crises: La fidélité créatrice, a cada uno de los curas que asistieron al oficio de Jueves Santo en San Pedro en Roma en 2022.

En fin, estos nombres van a sonar en Roma en las próximas semanas aunque, recuerde lector, que en el cónclave, «quien entra Papa, sale cardenal».

Con información de elespanol.com

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