El resultado de la reciente reunión entre los Presidentes Dr. Irfaan Ali y Nicolás Maduro en el Aeropuerto Internacional Argyle de San Vicente y las Granadinas puede ser aclamado como una gran victoria para el pueblo de Guyana. Esto es según el abogado Ralph Ramkarran, SC, quien profundizó en los resultados de la reunión de alto riesgo en su última columna Conversation Tree, que publicó en su página de Facebook.

12/18/2023. En su columna, arrojó luz sobre la importancia estratégica y las implicaciones de la Declaración de Argyle después de «las conversaciones».

Las conversaciones, facilitadas por el Primer Ministro de San Vicente, Ralph Gonsalves y observadas por Brasil, CARICOM y un Secretario General Adjunto de la ONU el jueves pasado, tuvieron como objetivo fomentar la coexistencia pacífica, respetar el derecho internacional y evitar el uso de la fuerza.

Esta reunión histórica culminó en lo que ahora se conoce como la «Declaración de Argyle».

Ramkarran no es ajeno a la controversia fronteriza, ya que en 1994 fue elegido como Facilitador de Guyana para el Proceso de Buena Oficialidad de las Naciones Unidas en virtud del Acuerdo de Ginebra.

En su análisis matizado, Ramkarran destacó la alineación de la agenda del presidente Ali con el Comunicado de los Jefes de Estado de la CARICOM emitido el 8 de diciembre de 2023.

Ramkarran señaló que la unidad de propósito entre los líderes de la CARICOM, junto con el compromiso inquebrantable del presidente Ali, sentó las bases para una declaración triunfal que promete remodelar la dinámica de la larga controversia fronteriza entre Guyana y Venezuela.

Señaló que la Declaración de Argyle es un testimonio de la resiliencia y el compromiso de Guyana con una resolución pacífica de la controversia fronteriza.

Frente a los reclamos históricos de Venezuela sobre el Esequibo, el rechazo de la jurisdicción de la CIJ y los intentos de derogar el Laudo Arbitral de 1899, Guyana salió victoriosa al obtener compromisos que anularon el posible recurso de Venezuela a la fuerza militar.

Ramkarran, en su columna, aclaró las disposiciones clave de la Declaración de Argyle, destacando la nueva era de la diplomacia y la cooperación entre las dos naciones.

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Hizo hincapié en el compromiso monumental asumido tanto por Guyana como por Venezuela, comprometiéndose a no amenazar ni usar la fuerza el uno contra el otro, incluso a raíz de las controversias existentes.

La Declaración consolida el compromiso de resolver la controversia de conformidad con el derecho internacional, incluido el fundamental Acuerdo de Ginebra de 1966.

«Guyana tuvo éxito en su objetivo más importante, por lo que el Presidente Ali y el equipo de Guyana deben ser felicitados. El avance desenfrenado de Venezuela hacia una eventual invasión de Guyana se ha detenido drásticamente», dijo.

La agenda propuesta por el Presidente Ali, como se destaca en la Declaración y expuesta por Ramkarran, incluye una defensa resuelta de la soberanía de Guyana sobre el Esequibo, una insistencia en la resolución de la CIJ y un llamado a Venezuela para que respete las medidas conservatorias de la CIJ.

La Declaración de Argyle va más allá de la mera cuestión de abordar la controversia inmediata; hace hincapié en la búsqueda de la buena vecindad, la coexistencia pacífica y la unidad en toda América Latina y el Caribe.

De manera crucial, la Declaración sirve como salvaguarda contra una posible agresión venezolana. Ordena a ambas naciones que se abstengan de usar la fuerza, lo que proporciona a Guyana un elemento disuasorio crítico contra cualquier futuro aventurerismo militar por parte de Venezuela.

«Esto debe interpretarse en el sentido de que incluso si la CIJ dictamina que el Laudo Arbitral es válido y vinculante, Venezuela tiene prohibido iniciar cualquier acción militar contra Guyana», dijo.

La Declaración de Argyle, como destaca Ramkarran, se erige como un documento transformador que trasciende la disputa inmediata.

Simboliza un compromiso con la estabilidad regional y el derecho internacional, mostrando la resiliencia y la perspicacia diplomática de los líderes guyaneses.

«Guyana no podría haber pedido un mejor resultado dadas las circunstancias. La Declaración de Argyle es una gran victoria para el pueblo de Guyana», dijo Ramkarran.

A principios de este mes, la CIJ emitió órdenes «vinculantes» para que Venezuela «se abstuviera» de tomar cualquier acción que amenazara la soberanía de Guyana sobre el territorio del Esequibo.

En el fallo, la Corte ordenó que, hasta tanto se resuelva el caso de fondo, Venezuela se abstendrá de tomar cualquier acción que modifique la situación que actualmente prevalece sobre el territorio, que Guyana administra y ejerce control.

Como medida adicional, el tribunal también ordenó que «ambas partes se abstengan de cualquier acción que pueda agravar o extender la disputa [controversia] ante el tribunal o dificultar su resolución».

Guyana se había dirigido a la Corte Mundial en busca de la preservación y protección de su derecho al territorio que se le había adjudicado mediante el Laudo de 1899, a la espera de que la Corte determinara la validez de ese Laudo.

A pesar de los crecientes llamamientos para que la administración venezolana cumpla con el derecho internacional, el país de habla hispana continuó adelante con su referéndum del 3 de diciembre.

Con información de guyanachronicle.com