Haití: declaran estado de emergencia tras fuga de reos y violencia extrema
El Gobierno de Haití ha anunciado que ha declarado el estado de emergencia y un toque de queda durante los próximos tres días, ante la ola de violencia registrada en la capital, Puerto Príncipe, y exacerbada durante los últimos días, con asaltos a prisiones y fugas de miles de presos.
03-04-2024. El sábado por la noche, grupos armados atacaron la mayor prisión del país, desafiando a las fuerzas policiales haitianas que habían pedido ayuda, causando que Cientos de reclusos huyeran Reuters visitó el domingo la Penitenciaría Nacional, donde no había señales de policías y las puertas principales estaban abiertas. «Soy el único que queda en mi celda», dijo a Reuters un recluso no identificado. «Estábamos durmiendo cuando oímos el ruido de las balas. Las barreras de las celdas están rotas», añadió.
Fuentes cercanas a la institución dijeron que los reos fugados probablemente era una mayoría «abrumadora». El centro penitenciario, construido para albergar a 700 presos, tenía 3.687 en febrero del año pasado, según el grupo de derechos humanos RNDDH.
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Un trabajador voluntario de la prisión dijo el domingo que 99 presos, incluyendo 18 exsoldados colombianos retiradosencarcelados por su presunta implicación en el asesinato del presidente Jovenel Moïse, habían optado por permanecer en sus celdas por miedo a morir en el fuego cruzado.
En el patio del complejo carcelario, cerca de la entrada de la prisión, que estaba abierta de par en par y sin guardias a la vista, se veían los cadáveres de tres reclusos baleados que habían intentado huir. Para el domingo, había cinco muertos. En los patios de la cárcel, usualmente hacinados, había sandalias de plástico, ropa y ventiladores eléctricos. Los cuerpos ensangrentados de hombres, con las manos atadas a su espalda, estaban boca abajo, mientras los residentes pasaban frente a puestos de control de vial erigidos con neumáticos en llamas.
“Menos de 100 de los casi 4.000 reos recluidos en las instalaciones permanecen tras las rejas”, afirmó en X, antes Twitter, Arnel Remy, un abogado de derechos humanos que dirige una organización sin fines de lucro que trabaja dentro de las prisiones.
Los agentes que se encontraban dentro de un único vehículo de policía estacionado afuera de las instalaciones se negaron a decir qué había sucedido.
En un video de 30 segundos ampliamente compartido en las redes sociales, Francisco Uribe, uno de los presos que no escapó, suplica: “Por favor, por favor ayúdeno…Están masacrando la gente indiscriminadamente dentro de la celda”.
El domingo, Uribe le dijo a The Associated Press: “No me volé porque soy inocente”.
Ante la falta de información oficial, los familiares de los presos se apresuraron a la prisión para tratar de encontrar a sus seres queridos...“No sé si mi hijo está vivo o no”, dijo Alexandre Jean mientras revisaba las celdas. “No sé qué hacer”.
En otra prisión de Puerto Príncipe que tiene unos 1.400 reos hubo reportes de una fuga carcelaria.
Pandillas armadas también atacaron y vandalizaron el principal estadio de fútbol del país, reteniendo a un empleado como rehén durante horas, indicó la Federación Nacional de Fútbol en un comunicado.
La conectividad internacional con Haití quedó temporalmente interrumpida el domingo. El presidente de Digicel, uno de los dos principales proveedores de telecomunicaciones del país caribeño, dijo que las líneas se habían visto afectadas tras días de violencia callejera en algunas zonas de la capital.
El domingo por la tarde restablecer totalmente la conexión, dijo el presidente de Digicel, Maarten Boute, en un post en X, gracias a los «valientes técnicos que trabajaron incansablemente, en condiciones muy precarias para hacerlo posible».
Esta fuga masiva marca un nuevo punto bajo en la espiral descendente de violencia en Haití y ocurre cuando las pandillas toman un mayor control sobre la capital al tiempo que el asediado primer ministro Ariel Henry se encuentra en el extranjero tratando de obtener apoyo para una fuerza de seguridad respaldada por Naciones Unidas para estabilizar el país.
Los intensos tiroteos han sembrado el pánico en los últimos días tras los llamamientos del líder pandillero Jimmy Chérizier, un expolicía, a los grupos criminales para que se unan y derroquen a Ariel Henry, primer Ministro de Haití.
La semana previa a la fuga, Chérizier advirtió a los habitantes de la zona que impidieran que los niños fueran a la escuela para «evitar daños colaterales».
En menos de dos semanas, varias instituciones estatales han sido atacadas por pandillas, que están coordinándose entre sí y apuntando a lugares antes impensables como el Banco Central. Después que pandillas dispararon contra el aeropuerto internacional de Haití la semana pasada, la embajada estadounidense dijo que temporalmente suspendía todos los viajes oficiales al país. Como parte de ataques coordinados de pandillas, cuatro policías fueron asesinados el jueves
Los enfrentamientos armados suceden en medio de una serie de protestas violentas que se han venido gestando desde hace algún tiempo pero que se tornaron más letales en los últimos días cuando Henry, el primer ministro, viajó a Kenia para salvar una propuesta misión de seguridad en Haití que sería encabezada por ese país de África Oriental. Henry asumió el cargo de primer ministro tras el asesinato de Moïse y ha pospuesto repetidamente los planes para realizar elecciones parlamentarias y presidenciales, que no se han celebrado en casi una década.
Jimmy Chérizier, señala que el objetivo era capturar al jefe de policía y a los ministros del gobierno de Haití e impedir el regreso de Henry.
El primer ministro, neurocirujano de profesión, ha rechazado los pedidos de renuncia y no comentó cuando se le preguntó si sentía que estaban las condiciones para que vuelva Haití.
El gobierno de Haití emitió un comunicado el domingo tras varios días de silencio, agradeciendo «a la población su calma, a pesar de estos momentos tan difíciles».
La oficina del primer ministro haitiano ha señalado que el estado de emergencia y toque de queda (que podrá renovarse), afectará durante 72 horas y tiene el objetivo de «restablecer el orden» y tomar las medidas oportunas para recuperar el control de la situación». Asimismo, establece un toque de queda de 18.00 a 05.00 horas hasta el miércoles.
La Policía utilizará «todos los medios legales a su disposición para hacer cumplir el toque de queda y detener a todos los infractores». El toque de queda no se aplica a las fuerzas de seguridad, personal sanitario y periodistas identificados.
Redacción con IA supervisada por periodista de DHH sobre información de Associated Press, Reuters y Europa Press