En un país donde el Estado se ha vuelto espectro y las bandas dictan ley, una nueva fuerza multinacional ha comenzado a operar con una misión tan urgente como incierta: recuperar Haití del abismo.
10/16/2025. Liderada por Kenia y respaldada por Naciones Unidas, esta coalición internacional aterriza en medio de una crisis sin precedentes. Las calles de la capital están dominadas por grupos armados que han convertido barrios enteros en zonas de guerra. La policía haitiana, debilitada y superada, apenas logra contener el avance del caos.
¿Qué trae esta fuerza?
Trae una promesa: restaurar el orden, proteger a los civiles y abrir paso a un futuro donde Haití vuelva a gobernarse a sí mismo. Pero el terreno es hostil. Las bandas no negocian. La población, marcada por décadas de intervenciones fallidas, observa con escepticismo.
Un despliegue con peso histórico
Este operativo no es solo militar. Es simbólico. Representa el último intento de la comunidad internacional por evitar que Haití se hunda definitivamente. Kenia, al frente, asume un rol inédito en el escenario global, mientras otras naciones se suman con tropas, logística y apoyo diplomático.
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¿Esperanza o repetición?
La pregunta que flota en el aire es si esta fuerza será diferente. Si logrará romper el ciclo de violencia, corrupción y abandono que ha convertido a Haití en una herida abierta en el Caribe.
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