La atención de México se centra en el imponente huracán Hilary, cuya intensidad se mantiene firme en categoría 4, según lo anunciado por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) del Gobierno de México a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

08/19/2023. Con vientos máximos sostenidos de 215 kilómetros por hora y rachas que alcanzan los 260 kilómetros por hora, el fenómeno se encuentra a unos 525 kilómetros al sursuroeste de Cabo San Lucas y a 610 kilómetros al sur de Santa Fe, dos localidades vitales de Baja California Sur.

El monstruoso ciclón avanza con una velocidad constante hacia el noroeste a una velocidad de 19 kilómetros por hora. Su trayectoria, cuidadosamente trazada por los expertos del SMN, apunta a un potencial impacto en Baja California Sur este domingo 20 de agosto, aunque se espera que para entonces Hilary haya decaído a categoría 2. La disminución en su potencia debería continuar durante la tarde del mismo día, descendiendo a categoría 1.

El panorama se torna aún más complicado, ya que se proyecta que al llegar a Baja California, el huracán se transforme en una tormenta tropical, solo para renacer como un ciclón tropical el lunes 21 de agosto. Los preparativos para enfrentar estos eventos climáticos extremos están en pleno apogeo en las zonas potencialmente afectadas.

Los efectos inmediatos de Hilary ya se hacen sentir, con el SMN advirtiendo que en las próximas horas las bandas nubosas del sistema desencadenarán lluvias puntuales de intensidad considerable en vastas regiones de Baja California Sur, Nayarit, Sinaloa y Sonora. Aguascalientes, sur de Chihuahua, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán y Zacatecas también se verán afectados por lluvias fuertes a muy fuertes, como reporta el comunicado oficial.

Además de las precipitaciones, las zonas costeras enfrentarán desafíos considerables. Se pronostican rachas de viento impresionantes, alcanzando velocidades de 80 a 100 kilómetros por hora, y un oleaje imponente que podría elevarse hasta cinco a siete metros en el litoral de Baja California Sur. Las costas de Nayarit y Jalisco no escaparán ilesas, enfrentando rachas de viento de 60 a 80 kilómetros por hora y olas de tres a cinco metros de altura.

La gravedad de la situación no pasa desapercibida. Los especialistas advierten sobre la posibilidad de descargas eléctricas asociadas a las precipitaciones, así como el riesgo de deslizamientos de tierra, crecidas de ríos, desbordamientos e inundaciones. Las autoridades han instado a la población a tomar todas las precauciones necesarias y seguir las recomendaciones emitidas por las autoridades locales y nacionales.

El huracán Hilary ha dejado en claro que no es un fenómeno a subestimar. A medida que se acerca a las costas de México, la colaboración entre las agencias gubernamentales y la precaución ciudadana se vuelven fundamentales para minimizar los riesgos y enfrentar los desafíos que el clima extremo presenta.

Redacción DHH con información eltiempolatino.com

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