El presidente iraní Masoud Pezeshkian emergió herido de entre los escombros, tras un bombardeo israelí que sacudió la reunión del Consejo Supremo de Seguridad Nacional. Dos fuentes de inteligencia estadounidenses confirmaron el hecho: el líder persa resultó lesionado en una pierna mientras escapaba por un conducto de emergencia.

07/18/2025. Si el ataque buscaba desestabilizar, lo logró. Si intentaba eliminar al presidente, fracasó… según sus propias palabras. En entrevista con Tucker Carlson, Pezeshkian fue tajante: “Lo intentaron, sí, y actuaron en consecuencia, pero fracasaron”. Para él, no hay duda: Israel supo dónde estaría y lanzó un golpe quirúrgico para silenciarlo.
Este episodio no ocurrió en el vacío. Formó parte de una guerra relámpago de 12 días que dejó un reguero de víctimas: cientos de muertos en Irán, 28 en Israel, y una alta cuota de líderes militares abatidos, entre ellos dos figuras clave: el jefe de la Guardia Revolucionaria y el arquitecto del programa de misiles balísticos.
Estados Unidos también entró en escena, bombardeando instalaciones nucleares iraníes. Sin embargo, Washington se abstuvo de comentar el ataque al presidente, al igual que el gobierno israelí. El silencio diplomático acentúa la tensión y deja abierta la pregunta: ¿qué mensaje quiso enviar Israel? ¿Una advertencia, una provocación, o una guerra encubierta que apenas comienza?
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Aunque el alto el fuego negociado por la administración Trump ha silenciado los misiles, no ha apagado las secuelas. El gobierno iraní acusa, Israel calla, y el mundo observa. El presidente herido vuelve a caminar, pero la herida en el tablero geopolítico permanece abierta.
Redacción DHH sobre lectura de agencias
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