Tras desmantelar el anillo de fuego iraní a lo largo de sus fronteras, Israel tiene en la mira el programa nuclear y la capacidad de misiles de largo alcance de Irán, una acción que podría marcar el final de la guerra que comenzó el 7 de octubre.

056/20/2025. La guerra con Irán es una continuación de la guerra impuesta a Israel el 7 de octubre de 2023 y podría ser un final adecuado para un conflicto tan complejo, difícil y prolongado.
Durante muchos años, los iraníes basaron su estrategia contra Israel en dos pilares: una capacidad nuclear militar —avanzada tanto de forma abierta como encubierta, casi al borde de la producción de bombas— y un anillo de fuego alrededor de Israel, cuidadosamente construido e integrado por organizaciones terroristas que operaban bajo la protección de Irán o eran directamente controladas por este. Estos proxys (agentes) tenían como objetivo disuadir a Israel de actuar contra el pilar nuclear y proteger a Irán de una confrontación directa. Teherán debía permanecer distante e invulnerable, mientras Israel se desangraba en constantes enfrentamientos con sus aliados; enfrentamientos que o bien conducirían al colapso del Estado judío o lo debilitarían hasta el punto de que caería como una fruta madura bajo la presión del fuego iraní, lanzado desde lejos en forma de miles de misiles pesados, tanto guiados con precisión como no guiados. (Al régimen iraní no le preocupaba la perspectiva de bajas civiles israelíes).
El plan iraní, que alimentó con gran esfuerzo y coste, fue descarrilado por Yahya Sinwar, quien dio rienda suelta a sus impulsos más oscuros, tanto personales como arraigados en la sociedad palestina en la que creció. El 7 de octubre de 2023, Sinwar se sintió con la fuerza suficiente para lanzar una guerra, en parte porque creía que Hamás formaba parte de un Eje comprometido con la destrucción de Israel, y probablemente esperaba que todo el Eje se uniera a él en una guerra santa contra Israel.
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Se equivocó, ya que ninguno de los miembros del Eje, ni siquiera los palestinos de Cisjordania, se unió a la lucha con todas sus fuerzas. Fue quizás su mayor error de la guerra. Hamás quedó prácticamente solo en su enfrentamiento con las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), que ahora están a punto de destruir el poder militar de la que otrora fue la más formidable de las organizaciones palestinas. Esto demuestra la capacidad de las FDI, la sociedad israelí y el Gobierno para recuperarse y organizar una respuesta contundente. Juntos, provocaron otra catástrofe palestina, de una escala comparable a la Nakba de 1948.
Con información de aurora-israel.co.il
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