La crisis fronteriza que solo se ve de un lado
Artículo de opinión de Jorge Santibáñez, presidente del Mexa Institute.
Todo lo que pasa en una frontera entre dos países tiene que ver con ambos lados de ella. Prácticamente no hay, en esas regiones, ningún proceso social, cultural o económico que sea exclusivo de un lado y que no tenga relación con “el otro lado”.
Eso es particularmente cierto en la frontera México-Estados Unidos. Hay una dimensión local que tiene que ver con las comunidades colindantes, pero también hay otra en la que tarde o temprano, les guste o no, las capitales de ambos países deben involucrarse. Más allá de su interacción local, de suyo importante, la región fronteriza es o debiera ser de interés nacional e internacional.
En días recientes, en Estados Unidos, analistas, funcionarios federales y estatales y medios nacionales como CNN, New York Times o Washington Post han usado términos como crisis, caos o desastre para referirse a la frontera con México.
Sus preocupaciones se derivan de lo que ven como un escenario caótico, según el cual, miles de migrantes intentarán entrar a Estados Unidos al dejarse de aplicar el llamado Titulo 42 o el programa conocido como “quédate en México”. Se trata de dos procesos diferentes pero cuya aplicación afecta de manera importante la vida fronteriza.
El Título 42 faculta a las autoridades estadounidenses a no aceptar que entre a Estados Unidos cualquier persona que pueda representar un riesgo para la salud. Formalmente no está específicamente dirigida a los inmigrantes potenciales. Existe desde hace tiempo y cuando el COVID Trump la usó como pretexto para no aceptar a los solicitantes de asilo que, no hay que dejar de decirlo, no cometen ninguna ilegalidad al ingresar a Estados Unidos y solicitar dicho asilo. Desde entonces se ha usado 2.5 millones de veces por la patrulla fronteriza y no por personal de salud y exclusivamente con migrantes potenciales. Una artimaña clásica de Trump que Biden ha seguido usando.
Es muy probable que esta semana se deje de aplicar y en consecuencia se espera que miles de migrantes no podrán ser rechazados en la frontera. Eso lo saben los migrantes potenciales y en consecuencia intentarán entrar. De hecho, ya hubo largas filas de migrantes nicaragüenses en la frontera Ciudad Juárez-El Paso intentando entrar a Estados Unidos. Las autoridades locales y federales han declarado que no están preparados para ese incremento, que no hay suficientes albergues, ni personal para atenderlos y lo que muchos ven son cientos o miles de migrantes deambulando perdidos en las ciudades fronterizas estadounidenses.
Al momento de escribir esta nota no se tiene certeza de lo que de manera precisa ocurrirá con el Titulo 42 y el programa “quédate en México”, pero sí que tarde o temprano se generará caos en la frontera con el incremento de migrantes. Porque finalmente, el Título 42 o el programa “quédate en México” no pueden ser aplicados eternamente. No son la solución.
Llama la atención que todas las expresiones de preocupación por esta situación son del lado estadounidense. No hay notas mexicanas, ni declaraciones de funcionarios. Lo que ha aparecido en algunos medios es porque retoman la nota estadounidense. Como si el caos fuera solo de un lado y no del otro y los miles de nicaragüenses o venezolanos hubieran aparecido de la nada en Ciudad Juárez o Ciudad Acuña, justo en los puntos de cruce con Estados Unidos y México no tuviera nada que ver.
De verdad en México ninguna autoridad se ha preguntado ¿Cómo llegaron esos miles de migrantes a la frontera? ¿Cómo atravesaron México? la guardia nacional que tanto nos cuesta ¿no los vio? Ya en la ciudad fronteriza mexicana ¿Dónde se hospedaron? ¿Cómo se desplazaron al punto de cruce? ¿Quién atendió a sus familias?
Lo que se ve en la frontera es el reflejo de un grave problema de gobernabilidad y corrupción de autoridades que tiene México a lo largo y ancho de su territorio.
¿En serio alguien cree que las ciudades fronterizas mexicanas tienen mejor infraestructura para recibirlos y hospedarlos que las estadounidenses y por eso del lado mexicano, no son “crisis”, que la guardia nacional que tiene tapizado el país no los vio, que el crimen organizado no los transportó a sus anchas?
En Washington no les gusta hablar del tema, pero tienen que hacerlo porque los costos políticos de una frontera desordenada y caótica son altos. Mas ahora con una cámara de representantes de mayoría republicana. AMLO y en alguna medida la sociedad mexicana hace como que el problema no es de México sino de Estados Unidos, porque al final y a pesar del “humanismo mexicano” de AMLO, los migrantes no votan y en consecuencia no importan. Que sigan mandando remesas.