Venezuela: Cuando los maestros dan cátedra más allá de los salones
Miles de maestros del sector público en Venezuela tomaron a las calles de Caracas y otras ciudades venezolanas para exigir al régimen de Nicolás Maduro mejores condiciones laborales y salarios dignos en momentos en que la mayoría no tiene capacidad para satisfacer sus necesidades básicas.
Los maestros, obreros y empleados administrativos de escuelas primarias y secundarias denunciaron que los bajos salarios en bolívares son incompatibles con los altos precios fijados en dólares. A ese escenario se suma una inflación que condena a millones a vivir en la pobreza, lo que echa por tierra el argumento del régimen de que la economía del país se está recuperando.
«Los educadores están protestando para que comience la discusión del contrato colectivo (…) porque no es posible que dieron un bono, tratando de suspender esta manifestación, de 580 bolívares (29,8 dólares). No queremos bonos, queremos un sueldo (…) que sea suficiente para cubrir las necesidades alimentarias», dijo a EFE el presidente del Sindicato de Maestros de Caracas, Edgar Machado.
La protesta se replicó en varias ciudades de, al menos, 17 de los 13 estados del país, según información compartida por organizaciones gremiales.
En Caracas, los docentes habían convocado a protestar a las afueras del Ministerio de Educación, para que sus exigencias de salarios fueran escuchadas por las autoridades. Sin embargo, cambiaron el lugar de concentración luego que el chavismo convocó a una manifestación en ese mismo lugar.
Los profesores ganan desde marzo de 2022 entre 300 y 600 bolívares, de acuerdo a su grado de especialización, y para entonces representaban unos 70 o 140 dólares mensuales. Actualmente, son unos 15 o 30 dólares.
El aumento que piden los trabajadores es «complicado» de momento porque el Estado no tiene capacidad para pagarlo, explicó a la AFP el economista Hermes Pérez, que estimó un ajuste «inicial en torno a los 100 dólares» gracias a una recuperación en la renta petrolera en 2022.
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«¡Que me paguen en divisas!»
Los profesores piden un salario de 400 o 500 dólares mensuales, un monto que les alcance para cubrir la canasta básica de alimentos fijada en poco más de 450 dólares, según el Centro de Documentación y Análisis de la Federación de Maestros. El ajuste representaría un aumento de 3.000% partiendo del salario base, unos 15 dólares al cambio.
La demanda responde al proceso de dolarización de facto que vive el país desde 2018, cuando se relajó el férreo control cambiario que llevó a establecimientos a ofrecer los precios de productos y servicios en dólares, empujados también por la acelerada inflación.